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BREVE RELACION

jo; y luego, que llegò ala Concepcion començo a tratar con el padre Luis de Valdiuia los medios, que parecian mas eficaces, para executar las reales cedulas, en orden aque ceſſando la guerra ofenſiua ſe entablaſſe la defenſiua, que tambien eſtaua ala vna, y otra republica, y al ſeruicio de Dios, y propagacion de nueſtra ſanta fe. Eſtando confiriendo, y ajuſtando lo que mas convenia para eſte intento, llegò el tercer dia de Paſqua de Eſpiritu ſanto, trece de Iunio del año 1612. vn Indio principal menſajero de Catiray, llamado Llancamilla; y hauida licencia de entrar a nueſtros preſidios a hablar al padre Luis de Valdiuia, llegò donde eſtaua, y le dixo, que venia de parte de tres Caciques, que hauian llegado a Arauco, donde le eſperauan para lleuarle a Nancu, lugar, que (por eſtar en medio de todo Catiray) ſe hauia elegido, para la junta, en que ſe hauia de tratar el negocio propueſto delos conciertos de paz, y amiſtad, que deſſeauan; para lo qual ſe hauian ya juntado alli ſus diez reguas, (que ſon parcialidades) que le eſtauan eſperando conforme alo concertado. Dificultoſa parecia eſta propueſta porque el peligro dela vida era conocido; y no parecia conforme a prudencia exponerſe a el ſin otro ſeguro, que la palabra de vnos enemigos tan crueles, que teniendo al padre vna vez en ſu tierra quedaua aſu corteſia la ſeguridad de ſu perſona, ſin tener otro remedio, a que apelar.

Todos eſtos temores, y otros, que ſugeria la prudencia humana, los vencio el generoſo pecho de eſte apoſtolico varon, que tenia ofrecida a Dios ſu vida, por la paz de aquel Reyno, converſion de aquellos gentiles, y redemcion delos pobres cautiuos, que eſtauan de baxo de ſu poder; debia la naturaleza de hazer ſu oficio, y reuſar la carrera, porque en vna carta, que el padre eſcriuio; dize que reconociendo por vna parte el peligro manifieſto, aque ſe exponia, y por otra, que ſi moſtraua en eſta primera ocaſſion menos confiança delos Indios, cerraua la puerta aſus intentos, que eran de tanto ſeruicio de Nueſtro Señor, ſintio en ſu coraçon que le dezian eſtas pablas (como? No has temido la muerte tantas veces, por alcançar el bien, que traes a eſtos Indios, venciendo tantas dificultades, como ſon las que ſe han atraueſado a eſte intento, y hauias de temer aora, que te ves ala puerta, quando los meſmos Indios te combidan para executar lo que deſſeas?) con eſte ſentimiento ſe reſoluio a entregarſe en manos delos Indios, hauiendolo antes enconmendado a nueſtro Señor, y conſultadolo con dos maeſtres de campo, tres Capitanes, y los capellanes delos fuertes, conquienes al preſente, ſe hallaua; y aſſi juzgando los mas, que eſto era lo que convenia, arrojandoſe el padre en los braços de Dios, y quedando deſcubierto el ſantiſſimo Sacramento, y todos haziendo oracion, por el buen ſucceſſo, ſe partio con el menſajero a verſe con los Caciques, que le aguardauan donde eſtà dicho.

Antes que el Padre llegaſſe, hauiendo ſabido los Caciques ſu partida, le embiaron ocho ſoldados acauallo, y ſin armas areceuirlo, los quales le fueron acompañando, y ſiruiendo, haſta que llegò a donde eſtuan aguardandole los Caciques, los quales luego que le vieron, ſe hecharon ſobre ſus braços, moſtrando gran contento de ſu venida aſus tierras; y tomandole la mano Guayquimilla, que era el mas principal de ellos; ſela besò en nõbre de todos los demas, y le hizo vn elegente raçonamiento, dizendo, que de ſu alegre venida no ſolamente eſtaua regocijada la gente aquien traìa tan grande bien; pero que los meſmos brutos animales, las yeruas, las flores, las fuẽtes, y los arroyos ſaltauan de plazer, y de contento. Llamauanle padre, y madre, y hazian le otras mil caricias, y regalos. Deſpues de eſtas primeras corteſias, y agaſajos, ſe ſentaron a raçonar, y diſcurrir ſobre la materia delas paces; y entre otras raçones, dixo vno delos tres Caciques. Padre, todos los Indios principales deſſean la paz, aunque el pueblo, y los ſoldados no ſe pueden perſuadir, a que los Eſpañoles la quieren, y la deſſean. Como no? reſpondio el padre, aque me embia el Rey? porque me he arrojado yo a tantos peligros de tantos ma-
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