paraque le gouernaſſe, y fueſſe ſu cabeza, mientras proueia el Virrey en interin, que ſe daua auiſo a Eſpaña, y embiaua ſu Mageſtad Gouernador en propriedad; que es lo que ſiempre ſe acoſtumbra. Lo que de aquel Reyno quedò en pie deſpues dela perdida de ſus ciudades, quedò tan laſtimado, y el enemigo tan inſolente, y ſoberbio, que harto hizo eſte Cauallero en ſuſtentarſe, y defenderſe, como pudo, haſta que el Virrey Don Luis Velaſco embio a Don Franciſco de Quiñones por Gouernador, el qual, el tiempo, que le durò el gouierno en las batallas, que tuuo con el enemigo, ſe, que las huuo con Huenecura, inſigne caudillo del exercito Araucano; aunque no ſe lo particular del ſus ſucceſſos, y victorias, y de los lances, y encuentros, que tuuo con eſte ſu competidor (que no ſerian de poco cuydado, por la arrogancia, y ſoberbia, con que ſe hallauan los Indios, viendoſe Señores de tantos Eſpañoles, y ciudades, que hauian ganado) y aſſi ſupongo, que ſeria el valor de eſte Gouernador muy proprio de ſu iluſtre ſangre, pues por lo menos ſabemos, que reſiſtio al enemigo de manera, que con eſtar tan inſolente, y atreuido, no le dio lugar a paſſar adelante. Lo demas delos buenos aciertos de ſu gouierno, lo remito ala hiſtoria de Chile, q̃ lo referirà todo por menor, como merece, aunq̃ no le dio lugar la vida, y corto tiẽpo, q̃ le durò en Chile, a dexar en el tantas memorias como pudiera ſu grã valor.
A Don Franciſco de Quiñones ſuccedio el Gouernador Alonſo Garcia Ramon, de quien hemos hablado varias vezes en este libro, en el gouierno de Don Alonſo de Sotomayor, cuyo Maeſſe de campo fue, y en cayo tiempo hizo las hazañas, y valeroſos hechos, que quedan referidos; entre los quales, fue muy ſeñalado el que refiere el Capitan Ferrando Aluerez de Toledo en ſu Araucana manuſcrita, dela victoria; que tuuo de Cadeguala, quitandole la vida en el deſafio, q̃ cuenta eſte autor en los cantos nueue, y diez, y queda referido en ſu lugar; alo qual añade el ya citado Fray Gregorio de Leon otra victoria ſemejante a eſta que tuuo aunque no immediatamente por ſi miſmo, de otro Indio llamado Colecheo, el qual eſtando nueſtro campo en frente del enemigo, tuuo atreuimiento de entrarſe por el, en vn furioſo cauallo, y jugando dieſtramente vna maça enclauada, dezia, a voces, que iua en buſca del Gouernador Ramon; que ſalieſſe, ſi era hombre, que alli le eſperaua; oyendo loqual vn Indio de nueſtros amigos mas valiente, que Colecheo; no pudiendo ſufrir eſta libertad, ſalio a el, y deſpues de algunas idas, y venidas, le dio vn tan terrible golpe, que lo derribò aſus pies, y lo hizo pedaços. Gouernò eſte cauallero a Chile dos veces, eſta primera por el Virrey, que le ocupò en eſte oficio, por muerte de ſu anteceſſor, Don Franciſco de Quiñones, y la ſegunda, por el Rey, deſpues del Gouernador Alonſo de Riuera, aquien ſuccedio en el primer gouierno (que tambien gouernò dos veces eſte Cauallero) de manera que ſe ſuccedieron el vno al otro como luego ſe verà.
En el primer gouierno de Aloſo Garcia Ramon (ſino es que ya fueſſe en el de ſu anteceſſor; de que no tengo puntual noticia) paſsò de Eſpaña a Chile el Capitan Don Franciſco Rodriguez del Mançano, y Ovalle, maiorazgo en Salamanca dela iluſtre caſa delos Rodriguez del Mançano, tan antigua, como conocida en aquella nobiliſſima ciudad, con vna tropa de gente may eſcogida, que por orden de ſu Mageſtad leuantò en Lisboa; con la qual lleuando entre ella algunos caualleros portugueſes, paſsò a Buenos ayres, en Compañia de Don Diego Valdes dela vanda ſu primo, que iua por gouernador de aquel puerto; dexando al qual en ſu gouierno, paſsò a Chile con ſu gente, a donde llegò eſtando aquel Reyno tan apretado del enemigo, que eſtaua a gran contingencia de perderſe. De quanta importancia fueſſe en aquel tiempo eſte ſocorro, y lo mucho, que valio, para el Real ſeruicio, defenſa, y ſeguridad de aquel Reyno; no me toca ami el dezirlo; y aſſi lo dejo, paraque lo diga quien lo referirà mejor, y con mayor aplauſo, y guſto del letor; y aſſi paſſo al otro ſocorro, que vino a eſte meſmo gouernador, no en este primer gouierno, ſino en el ſegundo, el qual fue el ma-