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BREVE RELACION

tros debieron de ſer muchos eſtos cautiuos, pues deſde que ſe cautiuaron haſta aora, ſiempre ſe han ido reſcatando, y ſiempre han quedado no pocos en el cautiuerio, de manera que del año de quarenta a eſta parte, con ocaſſion dela paz, que han dado los Indios al Marques de Baydes, Gouernador, q̃ entonces lo era de Chile, de que hablaremos en ſu lugar, han reſtituido algunas Eſpañolas, y aun quedan toda via otras, y de algunas tenemos claras noticias, y habra otras la tierra adentro, de quien ſera dificultoſa coſa hauerlas. Dios nueſtro Señor ſe compadeſca de las almas de eſtos cautiuos, y ſe ſirua de ſacarlos a dõde puedan tratar de ſu ſaluacion, y de lleuar adelante la paz, que los Indios han dado, paraque ſean inſtruidos en las coſas dela fee, como lo deſſean, y piden, y aſſi ſe diſpongan tambien para ſaluarſe.

Dela gente, que en eſta reuelion no quedò cautiua, vnos perecieron amanos delos Indios, contra quien pelearon haziendo valentias, y hazañas no imitables por defender ſus ciudades, y ſus mugeres, y hijos, que tenian dentro, y veian en tan gran peligro de perderſe: pero en fin vino aſer todo ſin fruto; porque no pudiendo reſiſtir ala fuerça, y orgullo, que traian los Indios; caian vnos hechos pedaços traſpaſſados por mil partes de lançadas, y otros que ſe hechauan alos Rios; ſe ahogauan en ellos; ſi ya no perecian antes deſpeñados por las laderas, y caidas de ſus barrancas, por donde no pudiendo hazer ya otra coſa ſe arrojauan, o a morir. o abuſcar el vltimo remedio de ſu vida, como acontecio a muchos valientes ſoldados, que dizen perecieron con ſu Capitan de eſta manera; otros eſcaparon retirando con mejor dicha alas mugeres, y niños, que pudieron, y alas religioſas, aunque no todas, porque la prieſſa, que daua el enemigo no les permitio ponerlas todas en ſaluo; y aſſi huuieron algunas de ellas de paſſar la comun fortuna delas demas mugeres, que fueron cautiuas; lo qual fue tanto mas digno de laſtima, y dolor, quanto era ver, aquellos Angeles dela tierra, y eſpoſas de Chriſto en poder de aquellos ſangrientos lobos; ſi bien entre ellos no faltò quien iluſtrado con particular luz del cielo enfrenò la furia de ſu paſſion, y abſteniendoſe de tocar ala que ſupo, que eſtaua conſagrada a Dios, reſpetò, aunque gentil, y barbaro, aſu eſpoſa, haziendola el tratamiento debido al religioſo eſtado, haſta voluerla libre alos Eſpañoles, dedicado a ſeruirla, como lo hizo haſta la muerte, reciuiendo el ſanto baptiſmo, como ſe verà deſpues en ſu lugar, donde ſe referirà el caſo mas ala larga.

La gente que ſe eſcapò de eſta comun, y general calamidad, ſe repartio por toda la tierra, que quedò de paz, que fue deſde la Concepcion para delante; y acomodandoſe cada vno donde pudo, por las quebradas, valles, y campos (porque en las ciudades, no pudo hauer lugar para todos, ni la pobreza, y deſnudez, con que ſalieron les daua lugar a ello) hizieron en ellos ſus eſtancias, donde ſe han ſuſtendado, y multiplicado de manera, que juntamente con los demas, que tenian hecho ya ſus aſſientos en ellas, han poblado la tierra con tanta frequencia de gente, que en mas de ciento, y cinquenta leguas, ſe puede andar toda, durmiendo, y comiẽdo caſi ſiempre en poblado, y en algunas partes eſtan tan juntas eſtas eſtancias, que ſe topan a vna legua, a media, y a menos: y algunos, que ſe han aplicado mas al trabajo; (aunq̃ como digo ſalieron en camiſſa) les ha fauorecido nueſtro Señor tanto, que han enriquezido mucho, y han podido caſar ſus hijas muy iluſtremente, con muy buenos dotes; y oy ſe hallan ricos, con mucha ſuma deganados, y eſclauos, que es la riqueza de aquella tierra, ſuſtentando ſus caſas con mucho lucimiento, debido aſu calidad, y nobleza.

CAPITVLO XVIII.
Del estado en que quedo Chile deſpues dela perdida delas ciudades en tiempo de otros Gouernadores.

S

Vccedio en el gouierno de Don Martin Garcia Oñez, y Loyola el licenciado Pedro de vizcarra, que al tiempo de ſu muerte, era teniente general del Reyno, y aſſi le eligio el meſmo Reyno
para-