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BREVE RELACION

ſtra viſta, y aſpecto. No ſe puede dezir el impetu, con q̃ los Indios embiſtieron, y la prieſſa, con que repartidos por los toldos, y pauellones, començaron a dar en ellos; a vnos coſian alançadas con ſus meſmas camas eſtando durmiendo, otros al deſpertar con el ruido hallauan ſobre ſu cabeza el duro golpe dela Macana, que les quitaua la vida; el que fue mas preſto en ſu defenſa, ſeleuantaua ya en camiſſa para tomar ſus armas, quando le atraueſauan de parte a parte, y dexauan tendido en el ſuelo ahogado en ſu meſma ſangre; entre todos, el que mas quebrò el coraçon, fue el gran Loyola, que deſpues de tantas hazañas, como las que hauia hecho en el Perù, en la priſion, y muerte del Inga, en que tuuo tan gran parte; y de las otras, con q̃ hauia aſſombrado a Chile; no pudiendo valer alos ſuyos eſta vez, ni valerſe de ellos, eſtãdoſe ya armãdo para ſalir aſu defenſa, llegò el enemigo, q̃ andaua ſolicito en ſu buſca, y lo traſpaſsò de heridas, y quitò la vida, como lo hizo tãbien a todos los demas Capitanes, y ſoldados, ſin perdonarla ni a vn a tres religioſos de ſan Franciſco, que eran el muy Reuerendo Padre Prouincial Fray Iuan de Tobar, Fray Miguel Roſillo ſu ſecretario, y el compañero lego Fray Melchor de Arteaga, que iuan a viſitar ſu Prouincia; a todos los mataron; y cargando con los cauallos, armas y deſpojos, ſe voluieron aſu Puren cantando victoria, acelebrarla, como hemos viſto otras veces, entre los ſuyos, con las fieſtas, y regocijos, que acoſtumbran.

Eſte fue el tragico ſin del gran Loyola, eſte el pago, que el mundo dio aſus alientos; no paſsò de aqui ſu fortuna; eſta fue ſu triſte fuerte, y la que dexò a Chile tan inconſolables, y copioſas lagrimas, que haſta oy no puede enjugarlas; no merecio aquella tierra goçar mas ala larga de vn tan gran cauallero, y valeroſo Capitan general, que ſi viuiera mas tiempo, la huuiera ſinduda proſperado con grandes aumentos de riqueza, y opulencia de todas las coſas, como començaua ya a moſtrarlo la experiencia; pero no fue Dios ſeruido de que ſe lograſſen ſus buenos intentos, permitiendo que ſe desbarataſſe a todos en vna hora, juntamente con lo que tanto tiempo, y ſangre hauia coſtado. Dexò eſte Señor vna hija, que huuo en la infanta ſu muger, heredera del Principe Don Diego Tupac, la qual hija casò deſpues con vn gran Cauallero llamado D. Iuan Henrriquez de Borja, y la dio ſu Mageſtad titulo de Marqueſa de Oropeſa (que es vn lugar, que el Virrey Don Franciſco de Toledo fundò en el Perù paraque goçaſſe del repartimiento de Indios, que hauia heredado de ſu padre el Inga Sayri Tupac, del qual titulo goçan oy ſus iluſtres, y eſclarecidos decendientes, juntamente con las rentas, que ſu Mageſtad les ha dado, tan debidas aſu ſangre, y alos meritos de eſte ſu eſclarecido aſcẽdiente, q̃ empleò ſu vida, haſta perderla en tantas hazañas, que en aquel Reyno, y en los del Perù hizo en ſu Real ſeruicio, para aumento de ſu corona, y exaltacion dela fee.

No ſe puede encarecer ſuficientemente con palabras quan glorioſos quedaron Pailamacho, Millacalquin, y el valiente Pelantaro, que era el Capitan, y cabeza de eſta junta, con vna ſuerte de tan grande importancia como la referida, con la qual ſe juzgauan ya Señores del campo, y dueños de la tierra; (que quando la cabeza de vn Reyno es de tanto valor, como lo era la que perdio Chile en ſu Gouernador, le da vida, y aliento a todo el; y faltando eſta, ſe da por muerto, y perdido) aſſi fue, porque los Indios vencedores luego al punto ſin tardança trataron de leuantar la tierra, y deshazer la paz, que los otros Indios hauian dado; embiaron ſu flecha (que como queda ya explicado, es el modo de cõbocarſe para ſemejantes acciones) avarias partes con ſus embajadores, y menſajeros; y no debieron de hauer meneſter mucho para reducir alos demas Indios aſu opinion, porque, aunque eſtauan ſugetos alos Eſpañoles, no debia de ſer general en todos el amor, y lealtad, para con ellos; y quando lo fuera, prevalecia ſiempre en ſu pecho el deſſeo, y eſtima de ſu propria libertad, dela qual ſe moſtraron ſiempre tan zeloſos, como hemos viſto; y ſi ſe ſujetaron, y dieron la paz, fue amas no poder, hallandoſe
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