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DEL REYNO DE CHILE

puſo para mejorarle, y que bien que le ſalieron, en quan buen eſtado llegò a poner todo el Reyno, con quanta felicidad lo gouernò, con quanta ſatisfaccion delos ſoldados, y quan al ſabor delos Indios, obligandolos a caſi todos a rendirſe a Dios, y al Rey, viuiendo en paz, apartados ya, y retirados del bullicio delas armas, quan amado, y reſpetado fue de todos, y quan grandes eſperanças lleuaua, y quan bien fundadas de pacificar, y conquiſtar del todo lo reſtante del Reyno ſi ſu buena ſuerte huuiera corrido mas adelante, y no ſe huuiera al mejor tiempo canſado la fortuna de aſſiſtirle; y ſobre todo, ſi la ira de Dios no viera ya llenas las medidas delos pecados de aquellos pueblos; que aunque no eran de otro linaje, ni mayores; ſino quiça mucho menores, que los que ſe han cometido, y cometen en otras partes, donde ſe ſalen con todo, ſin que ſientan ſobrefi tan peſſada la mano de Dios, como la experimentaron eſtas ciudades; lo diſpuſo aſſi ſu diuina Mageſtad, para poner terror en aquella nueua tierra, y dar enſeñança alos fundadores de aquel Reyno, para que en lo de adelante quedaſſen mejor inſtruidos, para conſeruarle, y gouernarle con mayores aciertos, como lo han hecho deſpues en todo, y muy en particular en el buen tratamiento delos Indios: pero començemos ya a referir el principio de eſta la ſtimoſa tragedia.

Hauiendo ſalido el Gouernador a ſocorrer el fuerte de Puren, y reſuelto alli de deſampararle, por la gran dificultad, q̃ hauia de conſeruarle; hizo, que toda la gente, que en el eſtaua, ſe retiraſe a Angol, y el determinò ir en perſona a dar vna buelta alas otras ciudades, para remediar en ellas algunos delos deſconciertos, que apuntamos en el capitulo paſſado: partio para eſto, vnos dizen con treinta, otros con cinquenta y cinco reformados, gente dela mas valeroſa, que hauia en el tercio; y hauiendo viſitado primero los preſidios delas fronteras dela guerra, y proueidolos de baſtimentos, y los pertrechos neceſſarios para ella, ſalio de alli con docientos ſoldados, que le acompañaron haſta ponerle fuera delos terminos de la guerra, en vn hermoſo valle, donde juzgandoſe ſeguros delos peligros, que haſta alli ſe podian temer del enemigo; los deſpidio, paraque ſe voluieſſen aſus preſidios, quedando ſe con los treinta, o cinquenta y cinco Capitanes, y ſoldados, que lleuaua en ſu compañia. los quales hizieron ſu alojamiento en eſte valle, armando ſus tiendas, para deſcanſar, y regalarſe aquella noche, y las venideras, y deſquitarſe delas incomodidades, y falta deſueño, que hauian tenido las paſſadas, en la viſita delos preſidios; porque los Indios enemigos no ponian el pie en el ſuelo, andando en perpetua vela, y ſiguiendolos con tal continuacion, y porfia, que no les dauan vna hora de repoſo, para dormir, ni comer, andando con eſtraña ſolicitud, y vigilancia, por hazer alguna buena ſuerte en ellos.

Pero viendo los Indios que alli no hauian podido hazer nada, reſoluio Pelãtaro con conſejo del viejo Pailamacho, y delos demas Purenes, de ſeguir al gouernador con docientos ſoldados eſcogidos, en ſecreto, y ſin ſer ſentidos, como lo hizieron; hecharon les algunas eſpias, que los lleuaſſen ſiempre a viſta, hauiendo primero ajuſtado con ellas las contraſeñas que les hauian da dar, para hazer ſu hecho. de esta manera fueron las eſpias ſiguiendo al gouernador haſta eſte valle, que llaman de Curalaua, donde llegando eſta noche, que digo, y hallandolos tan ſeguros, que ſe hauian todos acoſtado de propoſito, como ſi eſtuuieſſen en ſus caſas (porque verdaderamente ſe juzgauan tan ſeguros, como ſi de hecho eſtuuieran en ellas) ſalieron fuera con gran ſilencio, y començaron agraznir, y bramar como aves nocturnas, y otros animales (que era la contraſeña, que lleuauan, y la que acoſtumbran de ordinario) lo qual oyendo los que venian atras, llegaron al quarto del alua muy poco a poco, ſin hazer ruido, para no ſer ſentidos. O pobres Eſpañoles, o valeroſos Capitanes, aquien no puede defender eſta vez vueſtro gran valor, y valentia, que ſe ha hecho temer tanto del enemigo, que fue meneſter hallaros durmiendo, para no ponerles grima, y eſpanto, y hazerlos retirar ſola vue-
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