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BREVE RELACION

des, como ſe verà adelante; porque en las primeras palabras, con que comiença agite nuuc diuites, plorate vlulantes &c. que ad venient vobis: quien no ve repreſentados los ayes, y doloroſos clamores, ya laridos, con que la gente de aquellas ciudades,, antes rica, y poderoſa; y deſpues la mas pobre, y miſerable, que ſe puede penſar, daua voces, y clamaua de baxo del peſſado yugo del cautiuerio; a que los truxo ſu deſdicha? y en las otras palabras que ſe ſiguen diuitia putrefacta; aurum & argentum vestrum arugauit, & Arugo eprum manducauit carnes veſtras. Quien no ve el fin, que tuuieron las riquezas, que en aquellas ciudades iuan aumentandoſe, con la paz, que hauian dado los Indios, y con la proſperidad que labrauan las minas? pudo dezirſe mas claro el deſuanecimiento del oro, y plata, que hauian ya juntado? que ſe hizo toda aquella maquina, de que no quedò deſpues ni aun raſtro, ni memoria?

Quien no ve en las palabras, que ſe ſiguen la cauſa que digo de todo eſto? Ecce merces operariorum veſtrorum, qua fraudata eſta vobis, clamat ad me de terra, Et alamor eorum introiuit in aures Domini Sababoth, Epulati eſtis ſuper terram, & in luxurijs enutriſtis corda veſtra addixistis, & occidistis iuſtum, Et non restitit vobis. Bien clara, y manifieſta eſtà en eſte texto la cauſa, q̃ como he dicho, obligò a Dios a jugar con tanto enojo la eſpada de ſu faña, y furor: que fue la licencia, y libertad, con que el vicio dela ſenſualidad, que fomentan las riquezas, y proſperidad, ſe enſeñoreaua, y corria de mar a mar ſin caſtigo por la tierra; y ſobre todo, los clamores delos pobres Indios, que mal pagados, y oprimidos con demasſiado trabajo, padecian agrauios ſin reſiſtencia, porque eſtando ya ſugetos, y rendidos, no podian hazerla. eſtos clamores, para los quales no hauia oidos en la tierra, llegaron alos de Dios, y admitido el memorial de ſus quejas, en ſu diuino conſiſtorio, ſalio tambien deſpachado, como ſe verà en la ſatisfaccion, que Dios les dio, que ſera la materia del capitulo ſiguiente; aunque verdaderamente, como tengo advertido otra vez, eſtos agrauios, y mal tratamiento delos Indios; no fueron en Chile tan vniverſales, ni tan deſmedidos, como algunos autores ponderan los de otras partes delas Indias, de q̃ aun hablan algunos con demaſiados encarecimientos; y lo que es en Chile, ſegun lo que me he informado delos antiguos, y delo que yo he viſto, ſe eſtendio eſto ſolamente a alguna demaſia en el trabajo, que ſe daua alos Indios, menos puntualidad en las pagas, falta de cuydado, y prouidencia en la cura de ſus enfermedades, y mirarlos algunos Eſpañoles mas con ojos de Señores, q̃ de padres, contra lo que el Rey mandaua, y era ſu intencion, y la delos Gouernadores, y miniſtros Reales, que procurauã ſiempre ampararlos; ſi bien atendiendo cada qual alo que mas le picaua, que era goçar dela feria, y enriquezerſe, no ſe aplicauan tanto ala entereza del buen gouierno, y al cumplimiento de las cedulas Reales, con que deſde los principios, haſta oy, han eſtado ſiẽpre las Mageſtades delos Reyes catholicos amparando los Indios, porque la pretenſion que han tenido en ſu conquiſta, no es ſu ruina, y deſtruiciõ, ſino el remedio de ſus almas, juntamente con la conſeruacion de ſu republica, como ſe haze ya, atendiendo con mas puntualidad aſu proteccion, no conſintiendo, que ſeles hagan agrauios, y guardandoles los fueros de ſu libertad, y proprio dominio. Pero vengamos ya adeſemboſuer el fundamento que antecedentemente nos ha dado materia de ponderar lo que tan digno es de conſideracion, y reparo.

CAPITVLO XIV.
Matan los Indios al Gouernador, y reuelanſe de nueuo contra los Eſpañoles.

B

Ien de rueda ala fortuna, y rueda, aquien no ſupo clauar, ni tener fixa la maior dicha. quan grande fue la que tuuo el gouernador Don Martin Garcia Oñez, y Loyola alos principios de ſu gouierno, con quan buen pie le començò, que buenos medio
puſo