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BREVE RELACION

pepillan, que en Quilacura era el primer voto, y Toque, ſeñalado entre los otros (llamanſe Toques; entre los Indios los mas principales aquien obedecen los otros en la guerra) aſſegurando al Gouernador de ſu fee, y dela verdad, con que profeſſaua ſu amiſtad, y la delos demas chriſtianos, para cuya prueba, dixo, te aconſejo, que puebles vna ciudad en el llano, de donde puedas ſugetar todo ell Valle de Mareguano, y dar traſnochadas, y hazer malocas, y correrias a Puren, que todos te aſſiſtiremos, paraque los que no quiſieren dar la paz de grado, ſe ſugeten por fuerça.

Hauiendo acabado Aluepillan ſu raçonamiento, ſe leuantò a dezir el ſuyo Tarochina, y ſiguiendo el meſmo intento, offrecio al gouernador ſus tierras, que eran dela otra parte de Biobio, para la fundacion dela nueua ciudad, y ſu gente para ayudar a fabricarla. Pailaeco Señor de Quilen, hizo lo meſmo; y Quinchamali, aquien obedecia Ytata, ſe profirio a acudir tambien con ſu gente, y ayudar como el que mas; y Guayquipangui, Rancheuque, y Paylamilla fueron de parecer, que la ciudad ſe fundaſſe en Millapoa, donde acudiría cada qual con ſu gente, y alli ſe eligio eſte lugar para el intento; por ſer eſta la comun voz de caſi todos, y para la mayor ſeguridad, y buen acierto, ſe leuantò luego vn fuerte, y albarrada; y porque pretendia el Gouernador leuantar otra fortaleza dela otra parte del Rio en Chinicura; mandò hazer dos barcas, para la comunicacion de vna parte a otra. acaboſe el fuerte, y puſole por nombre el de Ieſus; y dexandole con guarnicion de cinquenta hombres, y por cabo del al Capitan Don Iuan de Rivadeneira, Cauallero conocido, y de gran valor (cuya noble decendecia honrra oy a aquel Reyno, y en los de Eſpaña ha ocupado pueſtos preeminentes de gran lucimiento, y confiança) paſsò con el reſto del campo, y demas gente dela otra parte del Rio, ſobre el qual, al opueſto, ſe començo luego otro foſo, y ſe leuantò el ſegundo fuerte en chibicura, y ſe acauò muy en breue, porque acudio mucha gente ala fabrica, y todos con mucho amor, ſin eſcuſarſe ninguno.

De eſtos dos fuertes ſalia nueſtra caualleria a correr la tierra, y aſſi por el daño que hazian en los Indios, como por el exemplo, y conſejo delos que hauian dado la paz, venian cadadia muchos a darla; entre los quales vinieron Taboleuo, y Maqueboro, Talcamahuida, Mareguano, y Palco, la gente de Guadaua, Millandoro: los del valle de Chibilingo, y tambien los Araucanos, Quilacoya vino Ofreciendo ſus minas de oro, permitiendo al Eſpañol, que las labraſſe, y dando de hecho gente para el efecto: lo qual ſe tuuo por coſa milagroſa, por ſer eſta gente tan terrible, y bellicoſa; y hauer reſiſtido tanto haſta entonces; y mas quando veian que paſſauan ya ſeguros por los caminos, ſin temor, ni rezelo, aunque fueſſe vn hombre ſolo, ſiendo aſſi que pocos dias antes no atraueſauan ſin el, de vna parte a otra, aun compañias enteras, y eſquadrones formados, porque eſtaua ya todo tan ſeguro, y quieto, como ſi jamas huuiera hauido guerra en todos aquellos lugares. Voluieronſe alabrar las minas de oro, que hauia treinta años, que no hauia quien las tocaſſe, por las continuas, y crueles guerras. Y al amor del oro, començauan ya a ſubir mercaderes a lleuar las ſedas, y mercancias de Europa; todo era ya proſperidad, y alegria, como la que cauſa la alegre primauera deſpues de vn riguroſo, y crudo hiuierno.

Ceſſauan ya las derramas, y contribuciones, que tan gaſtadas, y exauſtas tenian las ciudades conque los vezinos viuian con mas deſahogo, y atendian con mas aplicacion; y fruto aſus haziendas. Los robos, y poca ſeguridad, que tan propria es delas tierras, que ſuſtentan milicia, ſe hauian ya acabado, porque la neceſſidad delos ſoldados, que ſuele ſer la cauſa de eſto, hallaua ſocorro facilmente en los dueños delas haziendas, por eſtar ya condeſcanſo, y comodidad para darla a otros; crecian las ciudades muy aprieſſa; en las quales viuian todos con gran paz y ſoſiego, ſin acordarſe, ya dela guerra; porque no hauia entre los Indios quien oſſaſſe alçar vna lança, ni
enar-