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DEL REYNO DE CHILE

miento del que ſalieſſe vencido; no ſe negò a eſte lance Catepiuque, aunque le coſto la vida, porque començando a jugar cada vno ſus armas, lo tendio en el ſuelo Piurome al ſegundo golpe, y cortandole la cabeza, partio con ella a preſentarſela al Maeſſe de Campo, como ſe lo hauia prometido; el qual lo reciuio con grandes hõrras; y ſe hizieron por eſte hecho en el fuerte extraordinarias alegrias, deſpues delas quales ajuſtadas las capitulaciones dela paz, baxaron los Caciques referidos con ſus mugeres, y hijos alo llano, al Valle de Molchen, donde ſe acimentaron, labraron ſus caſas, hizieron ſus huertas, y ſementeras, dando ſeñales, y mueſtras de proceder ſin dobles, ni fingimiento, ſino con la verdad, que aſegurauan ſus palabras, y promeſſas.

CAPITVLO VIII.
Embia el Virrey Don Garcia Hurtado de Mendoza un buen ſocorro, y ſale con el el Gouernador a Arauco, donde tuuo vna muy reñida batalla.

L

Os heredados meritos de don Garcia Hurtado de mendoça, Marques de Cañete, le hizieron juntamente heredero del eſtado, y del officio de Virrei del Perù, q̃ ſu padre D. Antonio hauia tenido, gouernãdo aquel Reyno con tan grãde acierto, y admiraciõ del vno, y otro mũdo, como es notorio a entrambos, cõ q̃ vinieron aſobrar a D. Garcia los proprios de ſus iluſtres hechos, y hazañas (particularmente las q̃ obrò en Chile, ſiendo ſu gouernador) para aumentar la gloria de ſu caſa, y el reſplandor, y luſtre de ſu muy eſclarecida ſangre. Viendoſe pues eſte excelentiſſimo Señor, Virrey del Perù, y acordanoſe de aquel fauorecido Reyno, que hauia ſeruido, como de primeras gradas aſus aſcenſos, y ſabiendo la neceſſidad, que tenia de ſocorro, le embio dos nauios cargados de ropa, municion, y gente, a cargo delos dos famoſos Capitanes, que hauia traido conſigo de Eſpaña, Don Pedro Caſtillejo, y N Peñaloſa, perſonas que hauian acreditado bien ſu gran valor en las guerras de Ytalia, y otras partes de Europa. No es dezibſe lo que eſte ſocorro alegrò, y alentò al Reyno, particularmente al gouernador; por la gran neceſſidad que del hauia; pero no pudiendoſe por entonces, valer del para el intento; que tenia de poblar a Arauco, por ſer ya entrado el hiuierno; repartio la gente en las tres fronteras, haſta que llegò la primauera, quando haziendo reſeña vninerſal, ſe aperciuio la gentes, que parecio mas a propoſito, para la empreſſa, y ſe diuidio en diez Compañias, acargo delos valeroſos Capitanes Don Carlos de Yrarrazabal, Iuan Ruiz de Leon, Iuan de Gumar, Franciſco Iofre, Don Luan Rodolfo, y los ya nombrados otras vezes Cortes, Quiros, Vlloa, Galleguillos, y Auendaño; y marchando el campo, ſe alojò en el Valle de Millapoa, con animo de aſolarle, y ſugetar de eſta vez al indomito Araucano. Hauia eſte el hiuierno hecho vna fuerte albarrada, para ſu defenſa; y ſabiendo, que el campo Eſpaño hauia ya ſalido, para hazerle guerra, le ſalio al encuentro, con reſolucion de no dexarle paſſar adelante, ni aſentar el pie en ſu tierra, que era lo que tan porfiadamente hauian ſiempre reſiſtido deſde los principios. Orgulloſos ſe iuan acercando entrambos cãpos; quãdo adelantandoſe Reureante, ſe dio ala viſta del Eſpañol, blandiendo por el cuento vna pica de veinte y cinco palmos, y dãdo voces llegò alas centinelas, preguntando por el gouernador porque queria hablarle; hauida licencia entrò por nueſtros Reales moſtrando tal brio, y gentileza (porque era ajigantado, delindo garbo, y talle) que cauſo admiracion a todos los q̃ le veian entar tan confiado, y ſeguro por entre ſus enemigos; y eſtando delante del gouerndor le hablò de eſta manera. Yo Señor ſoy vno delos Caciques Araucanos, que ſe han juntado a defender ſus tierras, la patria, y libertad tan eſtimada; pero acordandome, que mis padres reciuieron muy buenas obras delos chriſtianos; hurtandome alos mios, he querido venir arogarte que te bueluas de aqui, porque no es poſſible, que ganes nada eſta vez, por la
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