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DEL REYNO DE CHILE

y proponiendole la gran ſoledad en que la hauian dexado, y el dolor y ſentimiento, queno podia oluidar de tan gran perdida, le pidio la vengaſſe de quien aſſi la hauia offendido. No quiero, dize, quedarme a fuera, y valerme de ti ſolo, y de tus rieſgos, para confeguir mi intento, acompañarte quiero en los peligros, y ſer la primera en ellos, y que las balas paſſen por mi pecho, primero que llegen a herir el tuyo; y para que vea el mundo, que mis palabras, no ſon deſahogos de muger agrauiada, ſino verdadero ſentimiento de quien ama, no creas lo que digo, ſino mira lo que hago. Diziendo eſto ſe leuantò, y ſin que el Hermano la pudieſſe detener, ni perſuadirla con raçones, que lo dexaſſe a el ſolo la vengança; començo, por ſu parte aſolicitar los animos delos ſuyos, a que la ſiguieſſen; y haziendo lo memo Quechuntureo por la ſuya; juntaron en breue vn exercito de Puelches y ſerranos (que ſon gente de eſtatura gigantea, y van ala guerra deſnudos, y embijados, y vſan de vnas flechas emponçoñadas de vn veneno tan actiuo, y mordaz, que no dexan repoſar vn punto al que yeren, y ſon caſi incurables las heridas) De eſta gente ſe valio Yanequeo para vengarſe de quien hauia cauſado ſu viudez. juntaronſe en la vega de vn Rio, donde leuantandoſe eſta varonil muger en medio de todos los Capitanes y ſoldados con la aljaua pendiente al hombro, y con el arco, y flecha en las manos, les hizo vn raçonamiento, que causò admiracion, poniendoles delante delos ojos la obligacion, que tenian, al gran Guepotaen ſu marido, que fue ſu Señor, y la que tenian aſſi miſmos, y aſu patria, pues en eſte negocio hazian el de todos.

Mil y docientos ſerranos fueron los que aqui ſe juntaron, y lo primero, que hizieron, fue, prouocar alos que hauian dado la paz, a que ſe reuelaſſen, y alos, que no quiſieron, publicaron guerra, y amenazaron de deſtruir ſus tierras; y con ello ſe fue aumentando de gente el exercito, no ceſſando vn punto Yanequeo del ſolicitar los animos de vnos, y otros, y encenderlos en ſaña, y furor para ſu intento, deſſeauan ya todos la ocaſſion para ſeñalarſe en ella, y hauiendo cogido dos Eſpañoles, que paſſauan de Oſorno ala villarica, les quitaron las cabezas y ſe las preſentaron aſu Señora, enprendas del deſſeo, y animo que tenian de vengarla delos demas; y en ordena eſto començo a marchar el campo hazia el valle de Andelepe, donde eſtaua vno delos fuertes, ſiete leguas dela Villarica, porque el intento era de ganarle, para dar principio alo que pretendian; pero quando iua el exercito mas orgulloſo, yendo en la hilera del primer eſquadron Yanequeo; llegò vna nueua, que les detuuo el paſſo; y fue, de vn ſocorro, que el Virrey del Perù, Conde del Vidal embio a Chile, de dos nauios de ropa, gente, y municiones, con q̃ Quechuntureo, mudò de conſejo; teniendo por mas acertado retirarſe por entonces ala Cordillera, como lo hizo; aſegurando toda ſu gente con vna fuerte, albarrada, que hizo, de grueſſos arboles, en lo alto de vn cerro, de donde podia hazer mucho daño, ſin receuirle.

CAPITVLO VII.
Va el Gouernador en buſca de Quechuntureo proſigue Yanequeo ſu venganza, y dan la paz algunos Caciques.

H

Allandoſe el Gouernador con el ſocorro, que le hauia venido del Perù, tratò luego de ir en buſca de Quechuntureo, y en el camino fue haziendo grande eſtrago en los pueblos, y ſementeras, y en los Indios, que encontraua, haziendo exemplares caſtigos en ellos para eſcarmiento delos demas. entre otros, que mandò a horcar, fue vn arrogante, que ſentenciado a muerte, pidio, que ſe la dieſſen en la cumbre de vn arbol, el mas alto, que alli ſe hallaſſe, para quedar mas ala viſta de quantos por alli paſſaſſen, y q̃ todos ſupieſſen, q̃ el era, el que eſtaua alli muerto, por la patria, y por las defenſa dela comun libertad delos ſuyos; lo qual tenia por ſumma felicidad, porque no hauia mayor deſdicha, que la ſugceion, y el ſeruir a otros; en cuya comparacion la meſma muerte venia a ſer ya buena dicha, y fortuna. perſuadianle a
que