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BREVE RELACION

Millacanco; con que deſauciados los demas de ganar en ella refriega, ſe retiraron, y tan triſte, y corrido Guepotaen, que ſe condenò aſi miſmo aperpetuo deſtierro en vna quebrada dela Cordillera, haſta morir, que era ya viejo, y quedò muy deſanimado, por hauer perdido en eſta ocaſſion ochenta delos valientes, en que mas confiaua: quedaron los chriſtianos cantando victoria, y alabanças, a Dios, por hauerſela dado tan milagroſamente; que aunque ſu valor era tan ſingular, no fuera baſtante; para tan grandes hazaña, ſi el cielo no los huuiera fauorecido tan alas claras; particularmente alos quince, que pudieron romper por tan cerrados eſquadrones, en paſſo tan eſtrecho; hallo nombrados entre eſtos alos famoſos Diego Vazquez, Buſardo, Fragoſo, Andres Perez y Luis Sanchez, Biueros, Duarte, Vrbanega, Gudinez, Valiente, y Franciſco Hernandez, que fue al que derribaron, y ſe defendio haſta ſeguir alos demas.

Con eſto entrando ya el hiuierno, ſe retirò nueſtro campo alos fuertes de donde el gouernador deſpachò a Santiago al Sargentomayor, para que hizieſſe vna buena leua de gente, para la primauera; y hauiendo entendido, que el Meſtizo Alonſo dias por ſer yerno de Longanabal, y eſtar emparentado en todo Arauco, ſe comunicaua con ellos por ſecretas eſpias, le dio ſentencia de muerte, la qual parece fue el medio de ſu predeſtinacion, porque la reciuio, hauiendoſe confeſſado, y dado mueſtras de arrepetimiento de ſus culpas; que no da poco, que ponderar, y admirar los occultos juizios de Dios, para dar aliento alos pecadores, por mas deſeſperados, que pareſcan; y a todos ocaſſion de engrandezer la diuina clemencia, y de amar aquien tan liberal ſe mueſtra aun con ſus mayores enemigos, como lo era eſte, que hauia ſido cauſa de que ſe derramaſſe tanta ſangre de chriſtianos, y ſe impedieſſe la propagacion dela fee, mediante la predicacion del Evangelio. Sabida en Arauco eſta muerte; y que el gouernador hauia ſalido a viſitar las fronteras, determinaron los Indios ſalir luego a vẽgar la, aunque fueſſe en lo duro del hiuierno. Ya eſtauan juntos para ſalir al intento, quando por hauer entendido, que el gouernador hauía ya buelto al fuerte, parece, que començaron a resfriarſe, y deſiſtir del intento, que tenian de dar en el; ſupo eſto Nangoniel, y hablò ala junta con tan grande eloquencia, y moſtrando tan alentado animo, y valor que todos a vna voz, ardiendo enſañas y deſſeo dela vengança, le eligieron por ſu cabeça; el qual eligio luego cinquenta de acauallo delos mas valientes, y animoſos, que fueſſen delante, abriendo el paſſo a a tres eſquadrones, en que diuidio la infanteria, y la entregò atres inſignes Capitanes Ancatureo, Catepillan, y Quilacanco; y dando a todos el orden delo que hauian de hazer, començaron a marchar hazia el fuerte, advertidos de coger alguno delos nueſtros, que andunieſſe fuera, para tomar lengua.

Hauiendo caminado toda la noche, ſe emboſcaron en vna montaña; atiſuando la occaſſion de alguna buena ſuerte. Tuuieron la luego aſu deſſeo, porque hauiendo ſalido el Capitan Franciſco Hernandez de Herrera, con veinte, y tres ſoldados, a hazer ſu eſcolta ſobre el Rio, dio el enemigo ſobre ſeis de ellos, que ſeguros del occulto mal dela emboſcada, ſe hauian apartado delos demas a vn verde prado, donde eſtauan dando de comer a ſus cauallos; y aunque ſe defendieron mas delo que ſe puede encarecer, porq̃ eran muy valientes; matarõ los Indios quatro de ellos, y obligaron alos dos a hecharſe al Rio (q̃ fue el vltimo remedio, que tuuieron) cortaron las cabezas alos muertos, porque es coſtumbre entre eſta gente, quando han vencido a algunos ſoldados valientes, y animoſos (como ſe hauian moſtrado eſtos quatro, ſin querer rendirſe a tan ſuperior fuerça haſta morir) hazer de ſus cabeças vaſos, en que beber en las juntas de guerra; ni es licito beber en ellos, ſino ſolo alos ſoldados. en eſto eſtauan entretenidos, quando el Capitan Franciſco Hernandez, que recogiendo ſu eſcolta, hauia hechado menos ſus ſeis ſoldados, viniendo en ſu buſca, començò a pelear con el ene-
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