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DEL REYNO DE CHILE

uidido entre tercios acometieſſe al del Eſpañol por tres partes; eligieron por Sargento al mulato, que hemos dicho y traçaron de començar luego a diſponer los eſquadrones.

Hauiendo tomado eſta refolucion, ſe leuanta en medio de todos vn muchacho, que no paſſaua de quince años, y leuantando la voz, pide audiencia, y dize, que para mejor acierto dela reſolucion, que ſe ha tomado, ſe profiere a ir al campo Eſpañol, y entrar ſolo en el, y eſpiar, y reconocer ſus intentos, la gente, y fuerça, que tienen, y la proxima diſpoſicion en que ſe hallan. Yo dize me he criado entre ellos, hablo bien ſu lengua, y podrè entrar publicamente en ſus Reales, y regiſtrarlo todo con eſta traça: dadme diez Indos que vayan en mi Compañia, haſta ponerme aſu vita, ſobre el Rio, donde eſtan aloxados; llegando alli, harè, que me eſcapo, y huigo de mis compañeros, y correrè haſta ponerme en parte donde me oigan; pedirè ſocorro, diziendo, que voy huyendo, dareme a conocer, llamando al Capitan Fernando Albarez de Toledo (que me ha criado, y de quien me hui deſde Chillan) y con eſto me acogeran, y podre muy a mi ſaluo hazer lo que ofreſco. Aſſi lo dixo, y aſſi lo cumplio: llegò con los diez Indios, y hizo el papel de huirſe de ellos, y todo lo demas como lo hauia penſado. los Eſpañoles al punto que le oyeron, ſalieron a ſocorrerle, y tomandole alas ancas el Capitan Iuan Ortiz de Cardenas, lo lleuò al Real, muy goçoſo dela preſſa, por poder tomar lengua delo que hazian los Indios, y delos intentos, que tenian: aſſi lo hizieron, preguntando al muchacho Andres (que aſſi ſe llamaua el fingido Sinon) todo lo que deſſeauan ſaber; aque reſpondia, dando ſatisfaccion a vnos, y a otros; y engañandolos a todos. No ay que temer, Señores, les dize, en lengua caſtellana (que la cortaua tambien como ſi el lo fuera) el campo teneis por vueſtro; de junta, no ſe trata, porque los Indios andan tan acobardados, que no parece hombre, todos ſe han retirado alos montes, y aſſi deſcanſad, y no tengais ningun rezelo, diſponed vueſtras coſas a vueſtro placer, que no habra quien os Vaya ala mano, para fundar vueſtras fortalezas, y ciudades, donde quiſiereis. Con eſta ſeguridad començò Andres a paſſar como los demas, ſiruiendo aſu antiguo amo, y aſſi pudo ſin ningun eſtoruo regiſtrar todo quanto paſſaua, y tomar todas las noticias, que quiſo, porque no huuo en todo el campo quien le paſſaſſe por el penſamiento lo que maquinaua.

CAPITVLO II.
Buelue Andres al Real delos enemigos, y dan estos en el delos Eſpañoles.

D

Os dias ſolos eſtuuò el muchacho Andres entre los Eſpañoles, y hauiendo eſpiado, y reconocido todo lo que quiſo, tomò ocaſſion vna tarde de ir al Rio a dar de beber vn cauallo, y ſubiendo en el, dio vna carrera, con que ſin que nadie le pudieſſe tocar al pelo, ſe voluio alos ſuyos, y dio el auiſo deſſeado de todo lo que paſſaua, y que el Real Eſpañol eſtaua aloxado entres calles, por donde podrian embeſtirle los tres toços de gente, que hauian reſuelto acometieſſen por tres partes. aſſi lo hizieron luego ſin tardança, y hauiendo el general Cayencura hecho ſu parlamẽto acoſtumbrado al exercito, poniendo a todos nueuo animo con la eficacia de ſus encendidas palabras, començo Longomaual, que era cauo del primer tercio, a marchar; con veinte compañias de gente muy valeroſa, aquien ſe ſiguio Anteleuo con la ſuya, y a viſta de entrambos Tarochima con el tercero eſquadron, que lleuaua aſu cargo. iua haziendo la guia el muchacho Andres, y hauiendo llegado cerca del Real delos Eſpañoles, ſe emboſcaron todos en vn monte, haſta hazerſe noche; y quando les parecio, que eſtarian ya durmiendo, començaron a marchar cada vno por ſu parte, para darle aſalto por la que a cada vno tocau. Las centinelas delos Eſpañoles, que no dormian, reconociendo la poluareda, que el enemigo traia, y ſoſpechãdo lo que podia ſer, tocaron arma viua, però fue tal la prieſſa, que los Indios ſe dieron en
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