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BREVE RELACION

ron al Real, que hauia hecho alto en Talcamahuida, de donde ſalido el gouernador por Taboleno, llegò al eſtero con animo de paſſar adelante, y no parar haſta voluer a entrar en Mareguano, y aſolarlo, como lo iua haziendo por donde paſſaua, colgando los Indios delos arboles, para poner terror alos demas.

Teniendo auiſo el Cacique Cayencura, Señor del Valle de Mareguano del intento, que lleuaua el gouernador, previniendo eſpias, que le fueſſen dando los auiſos de todo, convocò fu gente, embiò ciento, y cinquenta menſajeros a varias partes con la flecha, alos Caciques vezinos, para que vinieſſen a ayudarle (ceremonia con que eſta gente ſe convoca, quando quieren hazer liga, para vnirſe en ocaſſiones de guerra, y por el meſmo caſo, que vn Cacique reciue con ſu gente la flecha, queda obligado como con juramento aſeguir la parte del que ſe la embia) llegaron vnos a Arauco, otros a Puren; eſtos dan el auiſo a Anteleuo, aquellos a Andalican, a Gualqui, y Talcamahuida, y a otras partes; ni fue meneſter, que los embajadores gaſtaſſen mucha retorica, para perſuadir eſta liga, porque teniendo cada qual eſta cauſa por propria; baſtò vn ſimple auiſo para poner en todos vn animo, y vn coraçon, y encenderle en ſaña, y furor contra los Eſpañoles, en fauor de Cayencura, aquien acudieron luego todos con ſu gente con gran puntualidad, y preſteza; Longonabal, que era el Señor de Arauco, acudio con dos mil ſoldados, lleuando por Capitanes, entre otros, alos famoſos Aliencura, Araucomo, y Quelenante. Anteleuo, que es Señor de Puren, y de Guadaua acudio con mil lanças, lleuando por Capitanes alos afamados por ſus hechos Categuanquen, Capi, y Quincatipay. Talcamahauida, Palqui, y Millapoa, Andalican, Chipimo, y Mayorebe nombran por cabo de ſu gente a Pilquitoa, el qual la repartio entre los Capitanes Paynamilla, Guanopilque , y otros. Tarochina a cudio delos llanos con quinientos ſoldados; y Cayeayande con quatrocientos, entre los quales lleuò dos Capitanes de fama Mercande, y Cutempello. Dela Cordillera ſalieron trecientos entre puelches, y ſerranos, a cargo de Millandoro, que fue eſcogido para el efecto por Rencheuque, Tauoleuo, y Maquelboro; y juntos todos, que llegauan a cinco mil, començaron a marchar a Catiray, donde el Capitan Ancatarea, que alli gouernaua, fue acomodando las tropas, como iuan llegando, y eſtando ya todos juntos con Cayencura, que era el principal, que los hauia convocado, entraron en conſejo, y començaron a deliberar ſobre el modo, y traça que ſeria mejor para reſiſtir ala pujança del Eſpañol. Y desbaratarle. puſoſe en medio Cayencura, y con vna maça en las manos, a vſanſa de guerra, començò ſu parlamento con ſu acoſtumbrada arrogancia, y ſoberbia.

Fuera meneſter alargarme demasſiado ſi huuiera de referir por menor la diuerſidad, que huuo aqui de pareceres, y las hinchaçon, y modo, con que cada vno dixo el ſuyo; pedia eſto relacion a parte, porque es muy de ver la altiuez, y preſumpcion, con que cada vno le offrece alos peligros, la henergia, y fuerça de raçones, con que perſuaden ſu intento. dezian vnos, que era bien dar de noche, otros, que de dia; eſtos, preſentando la batalla; aquellos, que no, ſino cogiendolos deſcuydados. El viejo Caycayande fue de parecer de vſar de eſtratagemas y aſegurar alos Eſpañoles, dandoles a entender, o que huian de ſu fuerça, o que licenciauan el exercito; porque haziendo eſto, dixo, podemos dar paſſo franco al enemigo por el valle, y dexarle voluer a Arauco, donde ſegun tengo entendido, pretende leuantar vna fortaleza; que mientras el paſſa con eſte intento, ſera mejor, que demos en vna de ſus ciudades, que eſtan deſcuidadas, y podremos hazer vna gran ſuerte. No vengo en eſto, dixo Pilquitoa, la ocaſſion ſe recobra difficilmente; ſi vna vez ſe pierde; y no es de deſpreciaar la que tenemos preſente: la coſta tenemos hecha, bramando los ſoldados con deſſeo de llegar alas manos, y impacientes porlo que eſto ſe les dilata, demos luego ſobre el contrario, y ſea de noche, para aſegurar mas la victoria. Aſſi ſe reſoluio, y que el campo di-
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