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BREVE RELACION

Gouernador, y Capitanes a hechar mano dela hacha, para cortar los arboles y del açadon, y barreta, para hazer ſus foſos, armando ſus tapiales, como ſi toda ſu vida ſe huuieran exercitado en eſto para hazer ſus traueſes, y cortinas, y fortalezer aquel fuerte, que hauia de ſer el ſeguro de ſu defenſa, haſta que en fin lo acabaron, y perficionaron del todo, repartiendo por los lienços ocho pieças de campaña, con toda la demas guarnicion, y fuerça neceſſaria.

El Araucano, que eſtaua ala mira delo que paſſaua, luego que ſupo las preuenciones, que los Eſpañoles hazian para armarſe; no eſpero mas deſengaños para perſuadirſe aque iuan, no con animo de paz, ſino de guerra; convocaronſe al punto, y ſalieron como leones con reſolucion de hechar por tierra la nueua fortaleza, y concluir de vna vez con los que la hauian fabricado. alojaronſe en Talcaguano, dos millas del alto donde eſtauan los Eſpañoles, y al romper del alua tocaron al arma, y hauiendo primero deſafiado al campo Eſpañol, a que ſalieſſen vno a vno, a probar ſus fuerças, como lo hizieron; vltimamente cerraron todos juntos; ſin mas temor de las balas, que ſi fueran de algodon, porque ſi bien hazian en ellos tanta riſa que les matauan mucha gente, pero llebauan ya tragado eſte rieſgo, ſuponiendo, que no podia durar ſino ſola mente haſta mezclarſe vn eſquadron con el otro, porque llegando a eſtar mezclados, ſuponian que las cabeças delos enemigos guardarian las ſuyas, como queda dicho. Cõ eſta reſolucion embiſtieron, como fieras, y tuuieron muy apretados alos Eſpañoles, ſaltaron algunos ſobre los muros, y entre ellos Tucapel, que hizo grandes hazañas, como tambien otros muchos, que en eſta ocaſſion ſe ſeñalaron entre los demas; ni fueron menores las que hizieron los Eſpañoles, y las vnas, y las otras ſon dignas de que ſe haga muy eſpecial mencion; pero dexemoslas aquien las eſcriua como merecen, porque tendran mas claridad de ellas, que yo no puedo ſino referir todo eſto muy por maior.

Los Eſpañoles, que hauian quedado en la Ysla, y en los nauios, ſabiendo el aprieto, en que eſtauan los ſuyos, ſalieron luego al ſocorro, y con la ayuda de Dios, que les aſiſtia, juntandoſe los vnos con los otros, començaron apreualecer contra los Araucanos; los quales viendo que les faltaua ya mucha gente, ſe fueron retirando, quedando ſolo Tucapel, que mal herido, ſe eſcapò finalmente por entre los meſmos Eſpañoles dexandoles admirados ſu valor, y animoſa reſolucion. Hazen particular mencion las hiſtorias delo mucho, que en eſta ocaſſion ſe ſeñalaron el gouernador don Garcia Hurtado de Mendoça, y otros muchos Capitanes, y ſoldados; los Andias, y Eſpinoſas, Pereiras, Ortigoſas, y Pachecos, Olmos de Aguilera, Torres, Garnicas, Riueros, Soarez, Carrillos, Cabreras, Pardos, Arias, Cordobas, Lafartes, Campofrio, Guzmanes, Gutierrez, Zuñigas, Berrios, Ronquillos, Oſorios, Liras, Ovandos, Buſtamantes, Vacas, Mexias, Hercillas, Perez, y Saldañas; de muchos delos quales, honrran oy aquel Reyno muy nobles, y iluſtres decendientes, continuando los heroicos hechos, y luſtre de ſus maiores.

Llegaron a este tiempo los cauallos de Santiago y vn buen ſoccoro de caualleria muy lucida dela Ymperial. hizo el enemigo reſeña de ſu gente, interrumpieronſela los Eſpañoles, ſaliendolos a buſcar al Valle de Arauco, donde tuuieron otra muy reñida batalla; retiraronſe los Indios; y a vno que quedò entre los Eſpañoles llamado Gualbarino, le cogieron, y para poner terror alos demas, le cortaron las manos; pero los Araucanos eſtuuieron tan lexos de amedrentarſe con eſte hecho, que antes ſiruio de irritarlos mas, ayudando a ello el meſmo Gualbarino, que hauiendo buelto aſu campo, lo encendio en nueuo furor, procurando todos vengar aquella offenſa que cada vno miraua como propria. el General Caupolican quiſo dar principio a eſta vengança; y para eſto embio a deſafiar al gouernador Don Garcia con el mayor poder, y fuerça que tuuieſſe, el Iziendo, que le eſperaua con ſu campo;
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