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DEL REYNO DE CHILE

go que comenzaron a jugar las delas naues, ſe retiraron, y dieron paſſo franco alos que venian en ellas: al punto que ſaltaron en tierra, mandò el Gouernador Publicar el intento que lleuaua, paraque llegaſſe aoidos delos Indios; que era principalmente la ſaluacion de ſus almas por medio del Evangelio, y que ſe reconciliaſſen con Dios los que lo hauian ya receuido, por medio del ſanto baptiſmo, que para eſto lleuaua religioſos delas dos eſclarecidas ordenes de ſan Franciſco, y la merced; y que ſi eſto quiſieſſen, ſaldrian en nombre de Carlos V. ſu Señor a qualquier partido. Corrio la voz haſta Arauco, donde ſe juntaron diez y ſeis Caciques, y muchos Capitanes a tratar lo que mas convenia, ſobre el caſo; y aunque muchos de ellos hablaron ſegun el furor juuenil, y ſu acoſtumbrada ſoberuia, y arrogancia, deſpreciadora dela paz, y buen conſejo, ſe opuſo a ellos el Anciano, y maduro Colocolo, y con raçones prudentes, enfrenò ſu orgullo, y los reduxo a admitir, en paz los Eſpañoles, pues ellos ſe comedian, y querian venir buenos medios. El oirlos, dixo, nunca nos podra dañar, veremos que pretenden, y como lo hazen, que el braço nos queda ſano, para vſar de nueſtro derecho ſiempre, que quieran ſalir delo que es juſto. El parecer de Colocòlo ſiguieron entre otros Puren, Lincoya, Talcaguano, Lemolemo, y Elicura, y los mas prudentes, los quales embiaron por embaxador a Millalauco, hombre de gran rethorica, y eloquencia natural, con orden de que trataſſe con los Eſpañoles los medios de paz, que offrecian, y que fueſſe advertido de notar quanto vieſſe; la fuerça dela gente, y armas, y que ſe moſtraſſe ſiempre inclinado ala paz, para ſacarlos con eſto dela Ysla, con la codicia del oro de la tierra firme, de que tanta fama corria. Llego Millalaoco al pabellon, y tienda del gouernador, y haziendo vna moderada corteſia, lo ſaludò, y juntamente alos demas Eſpañoles, que con el eſtauan, y moſtrando alegria, y buen agrado, hizo ſu embaxada, diziendo que admitian los medios de paz, y amiſtad, que les hauian ofrecido, no porque les mouieſſe a ello miedo alguno, o temor que tuuieſſen ala nueua fuerça, que traian, porque ninguna ſeria Baſtante a amedrentarlos, de que tenian hecha ſufficiente prueba en los ſucceſſos, que haſta alli hauian tenido que lo que les mouia, era, que no padecieſſe tanta gente inocente, tantas mugeres, y niños, que con ocaſſion dela guerra quedauan huerfanos, y deſamparados. que lleuando la coſa por buenos medios, reconocerian por ſuyo al Rey de España, con tal que no les tocaſſen en la libertad, ni en el derecho de ſus fueros. Pero que ſi querian lleuarlos por violencia, y hazerlos eſclauos, antes ſe comerian ſus hijos, y ſe entrarian por las eſpadas, que conſentirlo.

Acabò ſu raçonamiento, y hauiendole reſpondido el gouernador muy conforme a ſu deſſeo, y hechole algunos regalos de ſu eſtimacion, ſe deſpidio, y voluio alos ſuyos a dar quenta de ſu embaxada: no baſtò eſto para que ſe aſeguraſſen los vnos delos otros; quedaron todos ala mira del ſucceſſo; pero aduirtiendo los Indios el rezelo, con que eſtauan los Eſpañoles; para aſegurarlos, hizieron demonſtracion de licenciar ſu exercito, ſi bien con advertencia de no dexar vn punto las armas de las manos, teniendo la barba ſobre el hombro, eſtando ſiempre preſtos, y aparceuidos, para qualquier acontecimiento, y ocaſſion, que ſe offrecieſſe. Con todo eſſo no quiſieron los Eſpañoles ſalir a tierra firme en dos meſes, los quales paſſaron en aquella Ysla, haſta que paſsò el hiuierno. Deſpues del qual ala primauera hecharon ciento, y treinta ſoldados delos mas lucidos, y alentados, para leuantar vn fuerte, como lo hizieron en la cima de vn monte de aquellos, que rodean oy la ciudad de Penco (que aſſi tambien ſe llama la dela Concepcion) con la ſeguridad de eſta fortaleza ſalieron los Eſpañoles dela Ysla, y aſſegurandoſe en ella; eſperaron alli, que llegaſſen los cauallos, que ya tenian nueua. iuan marchando, y llegando cerca. En el interin, para fortalezerſe mejor, començaron los ſoldados a hazer madera, y fagina, para trinchcarſe, no perdonando al trabajo, y ſiendo los primeros e
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