Página:Histórica relación del Reyno de Chile.djvu/240

Esta página ha sido corregida
201
DEL REYNO DE CHILE

ron, haſta que no pudiendo reſiſtir al poder, y fuerça de Lautaro, que era grande, huuieron de retirarſe otra vez a Santiago. Murieron muchos Eſpañoles en eſta refriega, y quedando el vencedor dueño del campo; ſiguio el alcance dela victoria, haziendolos vnos, y los otros hazañoſos hechos. Señaloſe entre todos el famoſo Rengo, que era vno delos Capitanes de Lautaro, ſiguiendo con ſu gente a tres valeroſos Capitanes delos que ſe retirauan, diziendoles mil afrentas, y tratandolos de cobardes, pero llegando eſtos a vn Rio, le hizieron frente y ganando Rengo vn aventajado ſitio, le eſſegurò de ſu contrario, que viendole tan defendido; no le embiſtio: y con eſto paſſaron de aqui los Eſpañoles a Santiago, y tocando Lautaro a recoger, ſe voluio Arauco, donde celebrò de nueuo eſta victoria, con grandes regocijos, y fieſtas, en que ſe hizieron pruebas de gran fuerça, y valor.

Hizieron de nueuo los Indios ſus juntas, y como ſe vian tan ſoberuios con ſus victorias, no quiſieron embaraçarſe con las ciudades de menos porte, que debian imaginarſe ya por ſuyas; ſino que poniendo la mira en la principal, que era Santiago, trataron de tomarla: profirioſe a eſto Lautaro; y eligiendo la gente mas granada, y belicoſa, ſalio con vn poderoſo exercito, y paſſando los caudaloſos Rios de Biobio, Ytata, Maule, y Mataquito, leuantò aqui vn fuerte, para aſſegurar mejor la retirada, por hallarſe muy lexos de ſus tierras. Llegando a Santiago la nueua de eſta junta, la tuuieron muchos por falſa, y ſin fundamento, pareciendoles, que era impoſſible, que los Indios tuuieſſen tal atreuimiento, de venir tan lexos, a hazerles guerra; però deſengañandolos los que ſe hauian retirado dela Concepcion, como quien conocia por experiencia los alientos de Lautaro; fortalezieron el lugar, previniendole de reparos, y armas, para la ocaſſion. embiaron corredores con orden de embeſtir al enemigo, ſi ſe offrecieſſe ocaſſion, y lance de poderlo hazer; pero el tuuo cuydado de preuenirlos, haziendolos voluer, mas que de paſſo, a dar la nueua, aunque no voluieron todos los que ſalieron a eſte efecto.

Eſtaua enfermo en eſta ocaſſion el Teniente general Franciſco de Villagran, y aſſi embio en ſu lugar al Capitan Pedro de Villagran ſu primo, con toda la gente, que pudo leuantar. Llego con ella al Rio claro, y alojò media legua dela fortaleza, que hauian leuantado los Indios: embiſtiendola el dia ſiguiente, la ocuparon, ſin ninguna reſiſtencia, porque hauia dado traça Lautaro, de que huyeſſen los ſuyos, por obligar alos Eſpañoles, que entraſſen, para cogerlos dentro; y aſſi quando les parecio, que era tiempo, reboluieron, como leones ſobre los Eſpañoles, los quales no hizieron poco en eſcaparſe de ſus manos, defendiendoſe con gran valor, haſta vna legua, que los Indios les fueron ſiguiendo, y haziendoles el mal que pudieron: Hizo amago ſegunda vez Lautaro de retirarſe; pero no dandole lugar lo nueſtros, que hauiendoſe reforçado, venian a embeſtirle de nueuo, los eſpero en ſu fuerte: tres veces acometieron los Eſpañoles, y otras tantas los cargaron, los que eſtauan dentro delas fortaleza, de piedras, flechas, y dardos, admirandoſe de ver el ſufrimiento, y conſtancia, con que ſufrian, vna y otro carga, pero viendo finalmente lo poco que les valian ſus alientos, para ganar la fortaleza ſe retiraron acierta diſtancia, a vn valle, de donde penſauan voluer a probar la mano. Quiſo Lautaro quitarles de eſte cuydado, acauando con ellos de vna vez; y para eſto fingio, que le faltauan baſtimentos, y aſſi los embio a pedir a nueſtro campo; y era el ardid, derramar vn Rio por el llano, donde eſtauan los Eſpañoles aquartelados (lo qual les era muy facil, por eſtar todo el azequiado.) y empantanarlos de manera, que no pudieſſen menearſe, para atajarles con eſto los paſſos; pero hauiendo entendido Pedro de Vil ſagran la eſtratajema, alçò el campos, ſe retirò luego a Santiago, dexando muy rabioſo al enemigo por no hauer ſalido con ſu traça como deſſeaua.

Pero no por eſto deſiſtio de ſu intentro, ſi bien pareciendole, que eſtaua las ciudad de Santiago tan prevenida, y ar-
ma-
C c