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BREVE RELACION

ay menos conocimiento de ellas, y ſolo le podrian dar los que han quedado viuos delos que las conocieron antes que ſe perdieſſen; y eſtos eſtan may lejos. remitome ala general hiſtoria de Chile, que lo dirà todo mas en particular.

Eſtas ſon las ciudades, que poblò el gouernador Pedro de Valdiuia; y aunque en las fundaciones de eſtas vltimas, no hemos hecho mencion dela ſangre, que coſtaron, no ha ſido, porque no ſe derramaſſe mucha; ſino porque no tengo noticia por menor delos encuentros, batallas, y ſummas difficultades, que ſe vencieron, que fueron tantas (por contraſtar con gente tan belicoſa) que parecio temeridad (ſino fue particular diſpoſicion del cielo) emprender hazañas tan arduas, que pudieran parecer impoſſibles al animo mas arriſcado, y atreuido; y no falta quien culpe al gouernador Valdiuia, juzgando, que no ſe midio con ſus fuerças, y que abarcò mas delo que pudo apretar; como lo experimentò dentro de poco tiempo tan aſu coſta. Por mayor refieren algunos autores (que hablan de eſto muy de paſſo) el grande valor, ſufrimiento, y paciencia, que moſtraron los caſtellanos; peleando continuamente, y padeciendo grandes neceſſidades; y nada de eſto baſtara; aunque huuieran entrado con doblada fuerça para ſugetar eſta gente; ſi, por hauerlos viſto a cauallo, coſa tan nueua en aquella tierra, y matando alos hombres de lejos con ſus arcabuzes; no ſe huuieran perſuadido, que eran Epunamones (que aſſi llamauan ellos las deidades, que adorauan) y immortales, que decendian de alguna fuerça ſoberana, que les daua poder para diſparar rayos como Dios. porque como nunca hauian oido tiros de artilleria, ni viſto bocas de fuego; les parecia, que el eſtruendo, y la reſpueſta, que dauan, era vna eſpecie de trueno; y aſſi llamaron, y llaman oy a eſte linaje de armas; Talca, que en ſu lengua, quiere dezir, trueno; y por el concepto, que hauian hecho delos Eſpañoles, los llamaron Viracochas, que quie re dezir, gente que aportò por el mar, o eſpuma del mar; dando a entender, que aquellos hombres, ſi lo eran, eran embiados de Dios para ſugetarlos.

Eſto immutò notablemente alos Indios, y los hizo tener atencion, y reſpeto alos Eſpañoles, y los detuuo a no moſtrarſe con ellos alos principios tan reueldes, y atreuidos, como deſpues; aunque ſin embargo ſiempre fueron reſiſtiendo, y dando mueſtras de ſu gran valor, particularmente los Araucanos, que han ſido ſiempre el Aquiles de los demas; lo qual reconocido por el gouernador Valdiuia, ſe contentò por entonces con lo conquiſtado; y voluiendoſe a Arauco, atraueſando por Puren, y Tucapel, mandò leuantar tres caſas fuertes, en diſtancia de ocho leguas la vna dela otra, en los ſitios, que parecieron mas comodos, para darſe la mano dela vna ala otra parte; y con eſto voluio ala Concepcion, y a Santiago, y de aqui deſpachò al Capitan Geronimo de Alderete a Caſtilla, a informar al Rey delas riquezas, que ſe hauian deſcubierto en aquel Reyno; y de ſus buenas calidades; y delas fundaciones, que ſe hauian començado, y de todo lo demas, q̃ convenia para alcançar de ſu Mageſtad el ſocorro de gente, que le dio. Hallauanſe las poblaciones, y ciudades recien fundadas con grande neceſſidad, y peligro de perderſe, porque verdaderamente eran mas de lo que entonces alcançauan nueſtras fuerças, y los Indios eſtauan ſiempre, como quien murmura entredientes, impacientes, y rabioſos, no pudiendo ſufrir, ver en ſus tierras ciudades de eſtrangeros, que prevalecian, aumentandoſe cada dia en edificios, y fortalezas, que iuan fabricando. reconociendo eſto el gouernador, ſalio de Santiago con el ſocorro de gente, que hauia traido del Perù D. Martin de Auendaño; y la repartio por los preſidios, y ciudades, para aſſegurarlas mas; y pareciendo leya, que lo eſtauan; y no preſumiendo como debiera, el mal, que le amenaçaua: ſe aplicò con demaſiada atencion a que ſe començaſſen a labrar las minas de oro, para el intento, que tenia.

Era eſte de venir a Eſpaña, y traer toda la cantidad de oro, que pudieſſe, para perſuadir al Rey con los efectos; y que creyeſſen los Eſpañoles la gran riqueza
dela