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DEL REYNO DE CHILE

con que eſta gran Señora ſe ſiruio de ampararla.

Y ſea la primera la que obrò con el ayre y la tierra: vn dia de S. Simon, y Iudas, al amanecer, huuo en eſta ciudad vn tan grande terremoto, y temblor de tierra, que eſtuuo para hundirſe, y perderſe toda, començaron a caerſe muchas caſas, y quiça no huuiera quedado en pie ninguna, ſi la Reyna del cielo no huuiera alcançado de ſu hijo benditiſſimo el remedio, y fue aſſi, que llegando el ſacriſtan a abrir la Ygleſia, deſpues de hauer ceſſado el terremoto, hallò en el ſuelo la imagen delas Nieues de Nueſtra poderoſa Reyna, en pie, buelto el roſtro al ſantiſſimo Sacramento; lo qual no pudo ſer ſin miſterio, y grande marauilla, porque lo primero el altar dela Imagen eſtaua en vno delos lados dela Ygleſia, y lo ſegundo no era poſſible caer de tan alto, que era mas de dos baras del ſuelo, ſin hazerſe pedaços, con la fuerça del golpe, o por lo menos laſtimadoſe mucho por ſer de madera. lo tercero por quedar en pie, y buelto el roſtro al ſantiſſimo, como quien pide, y para obligar mas ſe abate, y humilla, como lo leemos en algunos exemplos, en que ſe cuenta, que baxando la Imagen de nueſtra Señora del altar, ha rogado aſu precioſiſſimo hijo, y alcançado grandes fauores, para ſus deuotos. No tuuo neceſſidad el pueblo de intrerprete de eſta marauilla, ni de predicador, que les perſuadieſſe la obligacion, en que de nueuo les hauia pueſto eſta gran Señora, por el gran fauor, que en eſta ocaſſion reconocian de ſu mano; ni el ſacriſtan tuuo primer mouimiento de duda, porque luego, que abrio la Ygleſia; y vio la deuota poſtura dela Imagen, ſin poderſe contener, ſalio corriendo, dando voces, milagro, milagro y el pueblo que eſtaua como fuera deſi deſpauorido, y amedrentado de tan terrible, y nunca viſto terremoto, luego que las oyò, corrio ala Ygleſia, y arropellandoſe los vnos alos otros, llegaron deſalados, arrojandoſe al ſuelo, y beſandole con deuocion, dauan gracias ala que hauia ſido ſu protectora, y auogada para con ſu benditiſſimo Hijo, deteniendole el braço de ſu juſticia, para que no acabaſſe con aquel pueblo; y tomando en braços la ſanta Imagen, aſſiendo cada qual de donde podia, la lleuaron en proceſſion por la Ygleſia, haſta voluer a colocarla en ſu lugar.

Iuntemos aora a eſta marauilla, que obrò la Virgen ſantiſſima, enfrenando el aire, y quietandola tierra, la que manifeſtò en el elemento del agua, y en la fertilidad, que dio ala meſma tierra. Fue coſa extraordinaria vn año, en la meſma ciudad dela Imperial, y ſu contorno, vna gran ſeca, que eſterelizò los campos, y hizo grietas la tierra, con que los labradores deſconfiauan ya de lograr ſus ſementeras, y añadiole a eſto vna peſte de guſanos, de que ſe cubria todo el ſuelo, y no dexaua en el ni aun la debil, y pequeña raiz, que hauia començado a hechar el grano: y como eſte linaje de calamidad no podia tener remedio de otra mano, q̃ dela meſma, que lo embiaua para prueba, y exercicio de paciencia de ſus fieles, y caſtigo de ſus culpas; acudieron a ſu diuina Mageſtad, a padrinando ſu oracion, y clamores con la interceſſion de ſu poderoſa patrona, y auogada. juntoſe para eſto la ciudad acabildo, y ſacaronla dela Ygleſia maior a otra, donde cantaron ſu miſſa, y predicaron ſus alabanças; pero ſin embargo ſe eſtaua el cielo en ſus trece, ſereno, y claro, hecho de bronçe, contra aquella tierra fulminando fuego, que la abraſaua, en lugar del agua, que le pedian, y de que tenia tanta neceſſidad; proſiguieron con todo eſſo la miſſa, aſomauan vnos, y otros alas puertas aver ſi ſe mudaua el tiempo, y daua algunas eſperanças de blandura; pero aunque no vian ningunas ſeñales de conſuelo, perſeueraron en ſu oracion con confiança de ſer oidos: acauada la miſſa boluieron con ſu proceſſion abraſandoſe todos de calor, y anguſtiados de ver, que voluia, ya la Imagen a ſu caſa, y no daua el cielo mueſtras de ablandarſe.

No quiſo la madre y fuente de piedad probar mas la fee, y confianza de ſus deuotos; ſino que luego alli de contado, quiſo dar teſtimonio delo que valen en ſus ojos las lagrimas delos afligidos, que ſe arojan aſu protecion, y amparo. Fue coſa digna de toda ponderacion, y eſpan-
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