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DEL REYNO DE CHILE.

luſtre de eſtas muy nobles ciudades, que ſe harà con el aparato proporcionado aſu grandeza, como lo cuentan los que lo han viſto. En Cordoua de Tucuman vi que ſe hazia con toda la poſſible, y enquanto al rigor delos examenes, y pruebas para obtener el grado; en ninguna parte mas exactas, ni con mas rigor, por eſtar aquellos eſtudios muy bien entablados. Hablando de nueſtro Santiago, no pienſo, que queda, en nada inferior a otras partes, en todas las ceremonias, y ſolemnidades, que ſe vſan en las mas floridas, y luſtroſas vniuerſidades, porque lo primero, ſe hazen los actos publicos, y las lecciones de hora con grande concurſo, ſolemnidad, y aparato, acudiendo, fuera delas Religiones, delo mejor dela ciudad, y tal vez el Señor obiſpo, o el preſidente, o la Real audiencia, o los cabildos eccleſiaſtico, o ſecular, aquien ſe dedican: los puntos para la leccion de hora, dentro delas veinte, y quatro, que diſpone la conſtitucion, ſe dan con grande fidelidad, abriendo el texto por tres partes, como ſe acoſtumbra, publicamente en preſencia de vn gran concurſo; ni es diſpenſable con ninguno el rigor dela ley, aſſi en eſto, como en todos los demas actos, examenes, y pruebas, que preceden para dar al graduando el grado que pretende; el qual ſe le dà el ſeñor obiſpo, en virtud dela aprobacion que lleua del padre Rector, y Maeſtros, conforme ala bula. ſegun la qual, no ay obligacion de dar propinas, pero, para que acudan los doctores con mas guſto, y la coſa ſe haga con mas ſolemnidad, ſe han entablado algunas moderadas, fuera delos guantes, en lugar dela colacion, que ſe daua, aunque algunos dan lo vno, y lo otro, para hazer mas oſtentacion. Lo mas que ay de ver en eſtos grados, es el aparato, concurſo, y ſolemnidad, con que ſe dan, porque fuera del acompañamiento ordinario delos doctores, y Maeſtros, con ſus capirotes, y borlas, y todo lo demas, que ſe vſa en las vniuerſidades; eſtà ya receuido combidar ala caualleria dela ciudad, la qual como es tan lucida, y numeroſa, haze mas luſtroſo, y tanto mas crecido el acompañamiento, que dudo ſe le aventaje en eſto ninguno otro, y habrà pocos, q̃ ſe le igualen, porque como es alli tan facil el ſuſtentar caualleriças de cauallos derua, ſalen todos con mucho guſto, por ſer naturalmente honrradores, particularmente delos que ſe aplican al exercicio dela virtud, y letras.

CAPITVLO VI.
Del culto diuino, y ecclaſiaſticos dela ciudad de Santiago.

S

I huuieramos de hazer juizio delo que es eſta ciudad, a proporcion del eſtado eccleſiaſtico, de que ſe compone, y del culto diuino, en que tanto ſe eſmera; la juzgaramos por mucho mayor delo que es, y pocas pudieran parecerlo tanto; porque la grandeza, aſſeo, y curioſidad, con que ſe celebran las fieſtas, los gaſtos, que ſe hazen en muſicas, olores, y cera, ſon muy grandes; digamos algo en particular, de donde ſe podra colegir lo demas. Y començando por la cathedral, comienço juntamente a alabar la piedad de aquellos ſeñores el iluſtriſſimo ſeñor obiſpo, Preſidente, y oidores dela Real audiencia, y demas miniſtros, los quales tienen repartidos entreſi los ocho dias del octauario del corpus Chriſti, haziendo cada vno el dia, que le toca, todo el gaſto, que es muy grande, porque la cera vale mucho, por lleuarſe de Europa, y los olores tambien, porque la maior parte de ellos les viene tambien de fuera. Haze crecer eſtos gaſtos; y conſiguientemente el lucimiento de eſtas fieſtas, la ſanta emulacion, y competencia, con que ſe procuran aventajar los vnos alos otros; y aſſi eſtà todos eſtos ocho dias hecha la Ygleſia vna poma de olor; cuya fragancia ſe ſiente a mucha diſtancia, antes de llegar aella. las proceſſiones del dia, y del octauario, corren por cuenta dela Ygleſia, y el colgar las calles, y hazer en ellas los altares (que ſe hazen para maior adorno) por la delos moradores, por donde paſſa la proceſſion; concurren a eſta todas las Religiones, y cofradias con la ſolemnidad, que ſe vſa en otras partes, y todos los officios meca-
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