Página:Histórica relación del Reyno de Chile.djvu/131

Esta página ha sido corregida
102
BREVE RELACION

varios paxaros, y cazan los Guanacos, y Venados, y aſſi ſon los dueños delas piedras beçares, que venden alos Eſpañoles; y con la eſtimacion que han viſto hazer de ellas, han crecido tanto en la ſuya, que no medraria nada quien las compraſſe de ellos para venderlas en Europa, porque las he viſto yo vender aqui al meſmo, y aun a menor precio que en las Indias. Generalmente ſon mas belludos, y barbados que los de Chile, pero como no dexan tan poco crecer la barba, ſino que ſe la pelan como ellos, tienen mas trabajo, y nunca llegan a aliſarla con tanta perfeccion. ſon caſi todos bien tallados y diſpueſtos, galanes de cuerpos, bien ajeſtados, de buenos ingenios, y habilidades; las mugeres ſon delgadas, y muy altas, y en nacion, ninguna las he viſto jamas que lo ſean tanto; pintanſe las caras con vn color verde inſeparable de ſu tez por eſtar penetrado con ella, lo ordinario es, pintarſe ſolamente las narices, algunas pintan tambien la barba, y labios, otras toda la cara; viſten decentemente aſſi mugeres como hombres, y aquellas dexan crecer el cabello quanto pueden, y ellos ſolo haſta el cuello, lo de mas como los de Chile.

Son muy ſueltos, y ligeros, y aſſi gran des tragadores de leguas, que andan apie muy ala larga, ſin canſarſe de maſiado. he los viſto algunas veces ſubir, y baxar los aſperiſſimos montes dela cordillera como ſi fueran Gamos, y no ſolo los hombres, ſino tambien las mugeres, y los niños, y lo que mas es, cargadas las mugeres con ſu hijos en las cunas, las quales aſidas a vn ancho faxon que atrauieſan por la frente las dexan caer por las eſpaldas, y con todo aquel peſo, que viene colgando dela cabeça ſobre el cuerpo, que para eſto, y para mayor comodidad del niño lleuan corbado, caminan, y ſiguen al paſſo delos maridos con tanto deſembaraço, y agilidad que admira. Pruebas bien eſta ligereça, y teſon, que tiene eſta gente en el andar, lo que me contò vn corregidor, y Capitan General, que fue de aquella Prouincia acerca del modo que tienen de cazar los Venados, que es bien ſingular, y raro. Dize que luego, que los reconocen, ſeles acercan, y van en ſu ſeguimiento, a pie, a vn medio trote, lleuãdolos ſiempre a vna viſta, ſin dexarles parar ni comer, haſta que dentro de vno, o dos dias ſe vienen a canſar, y rendir de manera que con facilidad llegan, y los cogen, y bueluen cargados con la preſſa aſu caſa, donde hazen fieſta cõ ſus familias, haſta acabarla, porque eſtos Indios ſon de naturales tan voraces, que entre muy pocos, que ſe juntan, ſe comen vna ternera, o vna baca en poco, tiempo, y no ſe puede creer lo que deſpabilan de vna aſſentada; pero quando no tienen que comer, tambien lo ſaben ayunar, y ſe paſſan muchos dias con ſolo vn poco de Maiz, y algunas raizes de yeruas, que ſe nacen en el campo. ſon tambien grandes caçadores de arco, y flecha, en que ſon muy dieſtros.

No dexarè de dezir vna ſingulariſſima gracia que dio Dios a eſtos Indios, y es vn particulariſſimo inſtincto para raſtrearlo perdido, o hurtado. contarè dos caſos que paſſaron en la ciudad de Santiago a viſta de muchos. Tenia nueſtro collegio con victorio vna carreta ala puerta de vna huerta donde van arecrearſe los ſeminariſtas, hurtaron la vna noche, y hechandola menos vn Hermano delos nueſtros ala mañana, fue luego en buſca de vn guar pe (que aſſi ſe llaman eſtos Indios) para que ſe la raſtreaſſe: tomo el raſtro, y fuele ſiguiendo lleuando al meſmo Hermano en ſu compañia haſta llegar a vn Rio, donde le perdio, pero no la confiança de dar con la preſſa: paſſa el Rio, y bueluele a paſſar, vna, y otra vez, por eſte, y aquel vado (hauiale paſſado otras tantas la carreta por deſmentir mejor al que ſiguieſſe el raſtro, como lo confeſsò deſpues el que hauia hurtadola) y proſigue ſu camino, y a qutrro leguas dio con la preſſa, quando el que la lleuaua, eſtaua mas ſeguro de no ſer deſcubierto.

Otra vez vi, que hauiendo faltado a cierta perſona vnos naranjos de ſu huerta, llamo a otro Guarpe, el qual le lleuo de vna parte a otra, por eſta, y la otra calle, torciendo eſta eſquina y voluiendo a paſſar por aquella, haſta que vltimamente dio con el en vna caſa, y hallando la
puerta