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DEL REYNO DE CHILE.

cique con ſus baſallos, y parcialidad, repartidos conforme la comodidad de cada vno, eſtos en aquel valle, aquellos ala falda de aquel monte, eſſotros ala orilla de vn Rio; vnos ala entrada de vn boſque, y otros dentro de vna montaña, o ala ribera del mar, ſin mas gouierno, ni cabildo, que la voluntad del Cacique a quien todos los demas eſtan promptos, y ſugetos para obedecerle.

Sus caſas ſon de ordinario pajizas, y aſſi, ſin altos, ni entreſuelos, ni ventanajes, y no ſon de maſiado de grandes, ni eſtan vnidas, y continuadas vnas pieças con otras, ſino cada vna de porſi, de manera, que quando ſe les antoja mudar de ſitio, arrancan la caſa, y cargan con ella, lleuando cada apoſento y camara deporſi, la qual cargan diez, o veinte hõbres mas o menos conforme es ſu grandeza, y no tiene eſto mas obra, que deſcarnar dela tierra las principales baras, y palos, en que eſtà fundada, y luego todos a vna, apechugando cada qual con el ſuyo, hazen fuerça a vna voz, y la arrancan, y luego con grande algaçara, hechando mano cadaqual de vno de aquellos como pilares, en que ſe forman los arcos, comiençan a caminar haſta el lugar deputado, pero parando atrechos quando neceſſitan de tomar refuello. las puertas ſon dela meſma materia delas caſas, ni gaſtan en ellas Gonces, cerraderas, ni clauaçon, ni dentro de ellas, tienen caxas, ni eſcritorios, ni otra coſa cerrada con llaue, porque la que aſegura lo que cada vno tiene, no es otra, que la fidelidad, que como coſa ſagrada guardan vnos con otros.

Sus alaxas ſon de poquiſſimo valor, porque verdaderamente es gente deſpreciadora delas comodidades, y ſuperfluidades en el tratamiento de ſus perſonas y lo que en ellos es natural, y coſtumbre ya connaturalizada, fuera penitencia muy grande en otras naciones, porque lo primero en ſus camas nadie vſa de colchon, menos de ſabanas, ni almoadas, y pues no cuydan de eſto, viſto eſtà, quan poco les matara el aliño o cuydado de Cortinas, Pabellones, o Alcobas adornadas: el duro ſuelo es ſu Cuja, o Lecho, ſobre el qual tienden vnos pobres pellejos, y por cabecera, o almoda ponen vn adobe, o vn pedaço de leño, y ſobre el, q̃ es el maior regalo, doblada la manta, que dedia les ſirue de capa: cubrenſe cõ vna, o dos fraçadas muy grueſſas, y toſcas, que texen de vn hilo como el dedo. los que ſe contentan con tan poco en lo que eſta tan immediato a ſus cuerpos, dicho ſe eſta quanto menos ſeles darà de cubrir las paredes de tapices, o colgaduras, no tuuieron jamas ni aun eſpecie de eſto: nunca ſe ſiruieron de coſa de Oro, ni Plata, con piſar tanto de eſto en ſu tierra: ſus bajillas, y aparadores, ſon quatro platos, y vna cuchara de palo, o vn choro del mar, que les ſirue delo meſmo; vn mate, o Calabaça, en que beber, vna oja de arbol, o de Maiz por ſalero; y en eſto ſe encierra todo el aparato dela meſa: eſta es el meſmo ſuelo, o quando mas, vn pequeño banquillo, ni ay que tratar de tender ſobre el otros manteles, y ſeruilletas, que vna eſcobada, que quando mucho dan ſobre el por la limpieça.

Sus comidas ſon mas ſimples, y de menos artificio, y ingredientes que las que ha inventado la gula en otras naciones, pero con todo, no malas, ni deſabridas, y tales, que facilmente ſe acomodan con ellas los Europeos, y les ſaben bien; comen poca carne, porque antes que entraſſen los Eſpañoles, no tenian Bacas, Ovejas ni Cabras, niaun Gallinas, y eſtas no ſiruen ſino enlos vanq̃tes, y fieſtas; y aunque tenian el genero de Ovejas, como Camellos, de que hablamos en ſu lugar, no era ſu ordinario y Vfual ſuſtento de ſu carne, ſino dela harina de Maiz, y varias frutas yeruas, y verduras, y lo mas comun, los Porotos, que llamamos por otro nombre, frijoles, y los çapallos, que dezimos Calabaças, en Eſpaña: comian peſcado, y mariſco del mar, y la carne que caçauan en el campo, particularmente los conejitos, que llaman Degus; y deſpues, que entraron los Eſpañoles, comen la carne de Baca, y Carnero, de que ay ya tanta abundancia como queda dicho.

En lugar del pan de trigo, de que tan poco tuuieron noticia haſta la en-
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