cia, de mantra, que con pequeños bajeles, que ſon los que en aquellos tiempos antiguos ſe podian vſar, pudieſſen ſin perder de viſta la tierra, paſſar de vna a otra.
Eſte es el parecer de eſte autor, el qual en quanto ala tierra delos Bacallaos no tiene haſta oy mas probabilidad, que la de vn raçonable diſcurſo, porque aun no ſe ha deſcubierto a quella parte del mundo, ni haſta a ora ha hauido quien nos deſengañe, y cuente la verdad; y ſi cõ el tiempo ſale eſto como lo de Magallanes, dio todo el diſcurſo en tierra pues como hemos viſto en ſu lugar, eſtà ya ſabido que la America por aquel lado, eſtà totalmente diuidida, y remotiſſima de qualquier otra tierra firme, por lo menos hazia el Sur, donde no ſe ha viſto ſino mar, y mas mar, y algunas Yslas apartadas en el. Verdad es que hazia el Oriente, no ſe ſabe haſta a ora quanto ſe eſtienda, y corra a quella tierra, que ſe ve en frente dela del fuego, que cae ala parte Oriental del eſtrecho de San Vicente, que llaman del Maire; puede ſer como pienſan algunos, que corra haſta el cabo de Buena eſperança, y que por aquel lado ſe avezine tanto a aquella parte dela Africa, que pudieſſen paſſar los hombres en pequeñas embarcaciones. Tambien es contingente, que aſſi por eſta parte, como por la delos Bacallaos, eſtuuieſſen mas juntas, que aora vna punta con otra de manera, que fueſſe mas facil el commercio, y paſſaje dela vna ala otra; y que deſpues con el tiempo, aya robado el mar pedaços de tierras, que eſtauan, cõtinuadas, o mas ala viſta vna de otra, y poco a poco aya ido comiendolas de manera, que las aya diuidido, y apartado como parece, que lo eſtan oy; ala manera que hablando, en ſu lugar dela Ysla de ſanta Maria, diximos ſe entendia que antiguamente hauia eſtado continuada con la tierra firme de Arauco, y rompiendo el mar por lo menos ancho, la hizo Ysla. todos ſon diſcurſos fundados en alguna probabilidad de lo que vemos; la verdad la ſabe el que crio, y ſuſtenta eſta gente, y animales dela America, con cuya prouidencia paſſaron a aquellas partes, para los altos fines de ſus ocultos ſecretos, aquien debemos remitir con veneracion de ſu altiſſimo cõſejo el conocimiẽto del porq̃, y porq̃ ha permitido, q̃ tantos ſiglos eſtuuieſſe aquella parte del mundo tan a eſcuras ſin commercio ni comunicacion con eſte aquien ſe ſiruio de que ſu diuina luz amanecieſſe mas temprano. motiuos ſon para agradecimiento delos buenos, que han ſabido valerſe de ella, y para confuſſion delos malos, que al medio dia eſtan tan a eſcuras como ſi aun fuera de noche y no huuiera amanecido.
Pedro Bercio en ſu geografia, como lo refieren Iuan, y Theodoro de Bry, colige la antiguedad delos Indios en la America de ſus antiquiſſimos Reyes, y Señores, y delas ruinas de tan grandes edificios, y coſas memorables, porque hauiendo ſido eſto tanto; no pudo fabricarſe menos, que en vn largo, e immemorial tiempo, añade en particular que tuuo fama vn huerto de vno delos Reyes dela America (q̃ ſeria delos del Perù, porque fueron ſiempre los mas ricos, y poderoſos, aunque en edificios, y grandeza de corte, excedia Montezuma, y los demas Reyes de Mexico ſus anteceſſores). de eſte huerto dize, que las yeruas de el, y los Arboles con ſus troncos, ramos, y ojas, dela meſma grandeza, y proporcion, que los que tenian en los jardines, eran de oro maziço, y en el conclaue, o ſalon Reglo, hauia todo genero de animales hechos de piedras precioſas vnos de famoſa eſcultura, y otros de plumas de varios colores.
Añaden eſtos autores en el tomo vltimo que contiene la decima, vndecima y duodecima parte dela obra, que los Yngas, que fueron los Reyes del Perù, fueron entre todos los principes dela tierra, los mas ricos, y que tenian tanta abundancia de oro, que no ſolo eran de eſte metal las bajillas, en que comian, y bebian, las fuentes, jarros, taças, platos, Albornias, Azafates, Saluillas, Vernegales, y de mas alaxas de eſte vſo, pero que las meſas, eſcaños, cujas, y eſtatuas, eran de oro ſolido, y maciço, mucho delo qual lograron los Eſpañoles quando conquiſtaron aquella tierra, pero mucho