serie de conferencias por personas entusiastas por esta institución.
Personalmente he dictado, año tras año, numerosos cursos en las escuelas normales de la capital; en varias escuelas primarias y secundarias; en centros de instrucción popular, tanto en castellano, como en inglés; á las hermanas franciscanas, y en varios otros centros religiosos y laicos; aristocráticos y democráticos. He dado una serie de «ambulance classes» á las damas inglesas, á pedido de la esposa del ministro Packenham; á las sociedades de beneficencia, etc.
Otros se han interesado por esta instrucción, como preparatoria de enfermeros: varias asociaciones de Chivilcoy, de Santa Fe, etc.; así como diversos educacionistas: Berra, en La Plata; señora Yole Zolezzi de Bermúdez, en Corrientes; señorita Jacques, en Santiago del Estero; doctor Zubiaur, en el Uruguay; el doctor Arrizabalaga, de Montevideo; como el «Ateneo de la mujer», de esa misma localidad, y muchos otros.
Fuera de la República, también se han interesado por la enseñanza: la academia, de medicina de Río Janeiro y la municipalidad de Santiago de Chile; el doctor Mendizábal de Méjico, etc., por sus relaciones con la escuela de enfermeras, que también fundé aquí entre nosotros.
Hemos visto surgir la formación de varios centros, que proporcionan los elementos materiales para hacer más rápida y eficaz los primeros auxilios en casos de accidentes; así, la «Cruz Roja» sostenía una sala de primeros auxilios, que debía llamarse de «primera cura».
La Asistencia Pública de Buenos Aires tiene un servicio completo de ambulancias para el servicio del Municipio en casos de accidentes, como otras ciudades en la República (La Plata, Rosario, etcétera), en que rápidamente se trasladan al sitio de la catástrofe; habiendo por mi parte cooperado á su implantación del servicio en la Capital; redactando el reglamento que sirve de base; arreglando los útiles para primeros auxilios; bosquejando los planos de las ambulancias livianas, como se usan en Nueva York y se han adoptado aquí;