bién, ha confeccionado una caja, como museo de enseñanza.
Ha conseguido extender la enseñanza por todo la Alemania, dando conferencias en muchas escuelas samaritanas en Austria-Hungría, Bélgica, Holanda, Rusia, Suecia y Noruega.
El doctor Esmarch en una de sus notables conferencias en que exponía el objeto y finde la asociación, dijo lo siguiente:
«Se tiene el derecho de exigir que todo hombre aprenda en la escuela, los conocimientos necesarios para no dejar perecer miserablemente á su prójimo, víctima de un accidente. Sin duda, estos conocimientos son más útiles á la generalidad de los hombres, que los relativos al estudio del elefante, del león y de la hormiga».
Nuestro distinguido compatriota doctor Coni, trató de implantar la enseñanza de la «escuela samaritana» en la Cruz Roja Argentina, á su vuelta de Europa, en que, como delegado de esta asociación en la tercera Conferencia de Ginebra, que tuvo lugar en septiembre de 1884; y en la cual Esmarch historió la organización y marcha de las escuelas samaritanas, y que llamó la atención de nuestro distinguido colega, quien presentó á su regreso una notable memoria sobre este tema, que debe consultarse por todos los interesados en esta obra. Desgraciadamente no tuvo eco entonces, esta noble iniciativa.
Ha influído mucho, para la fundación de estos centros de instrucción en los países latinos; la obra de Enrique Dunant, [1] titulada «Le souvenir de Solferino», en que pinta los horrores de la guerra y el estado desesperante en que se encontraban los heridos, por falta de conocimientos sobre los socorros adecuados. Esta propaganda provocó la formación en Ginebra de la «Cruz Roja», en 1864 para mantener entre las naciones beligerantes, la neutralidad de las ambulancias y buscar los medios para socorrer los heridos.
- ↑ La humanidad es muy ingrata con sus verdaderos benefactores; Enrique Dunant acaba de morir pobre en un hospital de caridad.