en diversos órganos donde se reproducirían al infinito, consumiendo el oxígeno necesario para nuestro organismo; destruyendo órganos y fabricando venenos (ptomainas), que producen una autointoxicación, que puede acarrear la muerte muy rápidamente (infección general).
Ahora, estos gérmenes, no sólo penetran por las heridas, sino por cualquiera de nuestros órganos y producen enfermedades que se llaman infecciosas. La reproducción de millares y millares de esos organismos (vegetales en su mayoría: hongos pequeñísimos); se eliminan por nuestras excreciones (sudor, epitelios, grasitud de la piel, deposiciones, orina, saliva y otras secreciones, etc.), que llevan el contagio por la ropa, utensillos, manos, etcétera, que haya estado en contacto directo ó indirecto con la persona que tuviera una enfermedad contagiosa.
Estos microbios, han sido y son estudiados por biólogos y bacteriologístas, que han encontrado que apesar de su pequeñez, cada uno tiene su forma, evolución y efecto diferente; siendo algunos inocuos para nuestro organismo (microbios indiferentes), y otros producen enfermedades (microbios patógenos).
Siendo cada especie de microbio especial ó específica, como las semillas ó huevos de cualquier otro ser viviente; como los microbios de la fiebre tifoidea (lámina 163), no producirán sino esta enfermedad; lo mismo pasa con ]os microbios de la tuberculosis, carbunclo, cólera, difteria, sarampión, escarlatina, viruela, peste, fiebre amarilla, paludismo, etc.; siempre que nuestro organismo les sea un terreno favorable en el momento de la penetración ó su estadía en nuestro cuerpo.
Necesitan todos los microbios ciertas condiciones para penetrar en nuestro organismo ; así, la fiebre tifoidea ó cólera: al ser bebido ó comido; la fiebre amarilla ó paludismo: transmitida por la picadura de un mosquito; la peste bubónica: por las pulgas y ratas; el grano malo (carbúnculo): por las moscas; otras enfermedades, por los piojos y las chinches, etc.
Pueden muchos de estos gérmenes, pasar á