otros, ni para otros usos (irrigaciones, etc.), en otras partes del cuerpo de uno mismo para las cuales no estaban destinados! Tener el aparato perfectamente limpio y desinfectado.
Según el resultado que desea obtener, debe graduarse la cantidad y calidad del líquido inyectado; si solamente se quiere desocupar el intestino (evacuante), se hace de agua limpia hervida, á la temperatura del cuerpo (37ºC) ó más fria; da mejor resultado agregando un poco de jabón fino desmenuzado (agua jabonosa) ó la ya conocida mezcla de agua y aceite, ó agua y sal gruesa hervida, ó glicerina ó aceite solamente, haciendo que el enfermo desocupe en seguida.
Por lo general, es suficiente 500 gramos hasta 1 litro de líquido; pero, en ciertos casos se puede introducir 2 á 3 litros, al mismo tiempo (enteroclisis), llevando un tubo blando hasta 20 ó 25 centímetros adentro del recto (lámina 161) y manteniendo el irrigador á muy poca altura.
Enemas ó lavatinas para constipar ó calmar el intestino, se hace de cocimiento de arroz, lino, ó una mezcla de almidón desleído y á veces hay que agregar opio (laudano ó morfina) y solo se debe introducir en pequeñas cantidades (20 á 50 gramos de líquido) que se trata de retener del todo para que se absorba.
Lavativas alimenticias, se dan de agua, vino, leche, huevos, jugo de carne, que se administra según las prescripciones del médico á los enfermos que no pueden alimentarse por la boca, en cantidad de 100 á 150 gramos por vez, después de haber hecho efecto una lavativa evacuante.
Siempre se debe tratar que el enfermo retenga la lavativa alimenticia el mayor tiempo posible; así, será tanto mejor el resultado, y para esto, hay que introducir la cánula lo más adentro posible.
En la aplicación de lavativas, ha sido suprimido el uso de las cánulas de hueso, que eran muy difíciles para manejar, y en manos inhábiles producían á menudo lesiones ó heridas graves principalmente en los niños; y se usan ahora de cauchu ó el mismo tubo ó goma de la jeringa (lámina 161). A veces, son reemplazadas hoy día, las