Se llaman venenos las sustancias que introducidas, aunque sea en pequeña cantidad, causan en breve, graves y profundas alteraciones en la estructura de los tejidos, y en las funciones de los órganos; enferman y aún causan la muerte.
El envenenamiento se llama agudo y subagudo cuando ponen en inminente peligro la vida, y crónico cuando durante largo tiempo se ha tomado un veneno á pequeñas dosis.
Está en el deber de todo entusiasta por la obra de «Primeros auxilios» levantar su voz contra ciertas costumbres sociales que constituyen vicios: tal es el uso del alcohol, opio y tabaco.
Ahora 400 años casi nadie fumaba, hoy hasta los niños se envenan con el tabaco, y no hay razón para que exista semejante vicio; todo al contrario: es una costumbre malsana, porque produce sed y engendra enfermedades de estómago y del corazón; disminuye las fuerzas; produce palpitaciones y temblores; debilita la memoria y la inteligencia.
Es una costumbre egoista; porque causa desagrado á los demás, hace perder tiempo que podría ocuparse en algo útil; por fin, es una costumbre cara y que ha causado muchos incendios. El que se aprecie en algo, tendrá suficiente energía para abandonar semejante veneno lento.