(envenenamiento por los productos de la orina que no se eliminan, en las enfermedades de riñón), hay pérdida completa del conocimiento, movimiento rítmico de todos los músculos; delirio, se muerden la lengua; hay un olor amoniacal en el aliento y signos de hidropesía (principalmente en las embarazadas).
Si fuera en una embarazada y el parto sobreviniera, sería favorable en este caso, y se procede á asistir, como en cualquier caso normal; hay que tomar todas las precauciones de asepsia y antisepsia, como con un herido.
Cuando el niño ha nacido, limpiarle los ojos, boca y garganta, y no apresurarse á cortar el cordón umbilical (con tijeras pasadas al fuego, es decir, asépticas) mientras éste late, y usar un hilo torcido que se ha hecho hervir, y luego cubrirlo con algodón aséptico ó género hervido. Se pone una ligadura de hilo á dos dedos de la región umbilical y se corta á los cuatro dedos del ombligo; si el niño no respira, se hace la respiración artificial. Luego, tratar á ambos como heridos; así, se evitarán las infecciones (fiebre puerperal, abcesos, tétano de los niños, ó mal de los siete días, etc.).
Los vendajes deben practicarse en cada lección y repetirse en ésta.
1-Aplicación del pañuelo triangular: modos de usarse y doblarlo para guardarse.
a) Plegado en corbata, ancha, angosta y muy angosta: para el vendaje del cuello, del ojo, de la frente, de la mejilla, de la barba, del maxilar inferior. Para mantener sobre una herida las planchuelas de algodón ó las compresas. Para fijar las tablillas de fractura. Para sostener el brazo (pequeño cabestrillo).
b) Desplegado en triángulo: para suspender el brazo (gran cabestrillo, bajo la forma de pañuelo ó de manga de vestido); para vendar la cabeza, el