girándolo de izquierda á derecha, sosteniendo en la primera vuelta la punta de la venda (láminas 86 y 88), y cubriendo siempre dos tercios del ancho con la otra vuelta (láminas 87 á 94).
Se principia siempre por la extremidad del miembro (láminas 87 á 94), para no interrumpir la circulación y tener el peligro de la gangrena (lámina 74); debiendo aplicar la venda sin arrugas, ni sacudidas, y darle una presión suave y uniforme que solo se aprende con la práctica.
Al terminar, se fija el extremo del vendaje con un alfiler puesto transversalmente y cuya punta se oculta de manera que no lastime al paciente, ni al cirujano.
Los vendajes toman diversos nombres, según el modo de aplicarlos; las vendas se aplican circularmente ó en espiral en las regiones de igual grosor cuya forma se acerca al cilíndrico, como ser: brazo, cuello, pecho, abdómen, etc. (lámina 89).
En las regiones donde la forma se acerca á un cono, es decir, que se hace cada vez más grueso: tobillo, antebrazo, pierna etc., hay que hacer los vendajes inversos, doblándolos al reves (láminas 90 y 91), para que se amolden al cuerpo.
Al pasar sobre las articulaciones y cabeza, hay que hacer cruzar ó retrovertir las vendas de un lado al otro formando como un 8. En otras regiones, como ser: hombro, ingle, pulgar, cara, etc., hay que