lado del pecho vendado, dejando una extremidad más larga para llevarla hacia el hombro y atarla á la punta del triángulo. Para la curación de la espalda se hace lo mismo, colocando el medio del triángulo detrás, sobre el lado afectado (lámina 80 a y b). Para pelvis, asentaderas, periné, etc., se pone en forma de pañal.
Sólo hemos mencionado los vendajes más usuales del pañuelo triangular; porque para prestar primeros auxilios es suficiente saber usar el triángulo (lámina 80 a y b); pero, si se desea ayudar en la primera cura, hay que aprender algo sobre cómo se aplican las vendas rectangulares ó fajas.
Estas son tiras de tela delgada (linon, liencillo, franela, etc.), de diversos anchos y largos, según la parte del cuerpo á que se aplican (láminas 83 á 94); se prefieren á los triángulos ó corbatas para las curaciones, porque puede hacerse con ellas una compresión más regular y uniforme, que es necesario en determinados casos. Deben ser de tela flexible y blanda y estando humedecidas se amoldan mejor.
Al hacerse y usar estas vendas debe tomarse siempre las precauciones de asepsia y saber arro-