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324. Regla 15ª. Por el uso del artículo los nombres genéricos se vuelven propios, y así: el apóstol es San Pablo; el poeta es Virgilio y Aristóteles es el filósofo.

En algunos otros casos la omisión del artículo vuelve individuales nombres que son genéricos como casa, palacio, y catedral, cuando se habla de la casa en que moramos, del Palacio Nacional y de la Catedral que se halla en el lugar donde vivimos: en estas expresiones: vengo de casa; voy á palacio; estuve en Catedral, los sustantivos contenidos en ellas son individuales.

325. Si el nombre individual de persona pasa á ser nombre de obra literaria, científica ó do arte, deberá ir precedido de artícu- lo; y así so dice: el Fausto, el Quijote, el Aminta. "Al frente del Cromwell, drama irrepresentable de seis mil quinientos versos..." (Menéndez y Pelayo). "El Zumárraga.... es un título de gloria" (B. Joaquín Baranda, Disc. acad.).

Así también cuando decimos: "el Murillo de la sala de Cabildo" hablamos de un cuadro pintado por aquel egregio artista.

326. Hay casos en que puede callarse ó expresarse el artículo definido, sin que se altere el sentido fundamental de la oración. Tamayo y Baus dijo en un discurso académico: "Clásicos y románticos, antiguos y modernos..... caminan mal avenidos;" sin violar ninguna regla gramatical pudo emplear el artículo, diciendo: "Los clásicos y los románticos; los antiguos y los modernos... caminan mal avenidos." Omitido el artículo, se pierde do vista la extensión de los términos clásicos y románticos, antiguos y modernos; pero fuera de que esto no altera el sentido fundamental de la proposición, gana la frase en soltura y gallardía.

327. El nombre de la cosa definida puedo estar con preposición ó sin olla; indistintamente se dice: Gramática es el arte de hablar ó la Gramática es el arte de hablar.

328. Es asimismo potestativo del que habla ó escribe expresar ú omitir el artículo antes de infinitivos y oraciones que desempeñan oficio de sujeto de una proposición: "Fué privilegio de las lenguas que llamamos clásicas el extender su imperio por regiones muy distantes de aquellas en que tuvieron su cuna" (Menéndez y Pelayo). "De este común desacuerdo nace el que se sostengan y repitan afirmaciones como la que da ocasión á esta carta" (Menéndez y Pelayo). En uno y otro pasaje podría haberse suprimido el artículo sin daño del sentido. ".... á todas | nos está bien el mirar | por la hacienda mucha ó poca" (Bretón de los Herreros).

329. Si el infinitivo va precedido de la preposición a, muda de sentido, según que se expresa ó que so omite el artículo; en esta oración: "Al saber la fatal noticia perdió el sentido;" al denota que el saber la noticia y perder el sentido fueron cosas simultáneas. Mas si omitido el artículo, se dijera á saber yo la fatal noticia, habría obrado de otro modo, la locución á saber tiene sentido condicional.

Son locuciones viciosas: Dibujar á la pluma, labrar al cincel, hacerse del rogar. Omitido el artículo, resultarán correctas. Véanse