colección de ellos, no siempre confirman la regla, antes ofrecen nuevas dificultades.
Además, los gramáticos han basado sus estudios del araucano sobre la construcción latina; lo que no han podido hacer sin violentar la índole de aquel idioma. Por eso hemos abandonado ese método, y ni siquiera hemos adoptado la terminología latina para la denominación de los tiempos y demás formas gramaticales. La reputada obra del famoso gramático venezolano, Dn. Andrés Bello, nos ha servido para ello, y en lo que ella no nos ha bastado, nos hemos servido de expresiones de nuestra propia invención.
Lo más arduo en el estudio del idioma mapuche, consiste, como se verá en su lugar, en las transiciones y partículas intercalares, y la aplicación de las primeras á los diversos modos del verbo y á sus derivados, constituye una de las dificultades serias de aquella lengua, siendo pocos los que al acometer tan ingrato estudio, no dejen el libro de la mano.
Con el objeto de facilitar el aprendizaje de materia tan complicada, hemos creido conveniente iniciar paulatinamente al lector en el conocimiento de esas transiciones, tratando separadamente de cada uno de los modos del verbo y de sus derivados, y explicando en seguida su empleo, primero por medio de ejemplos sin transición y después con aplicación de ella.
Las llamadas «partículas intercalares», que se encuentran aglomeradas en algunos párrafos de las gramáticas antiguas, se hallan en la nuestra tratadas separadamente con el objeto de explicar más detenidamente su significado.
Se ha añadido al fin del texto un esquema general de esas partículas, en el cual se les clasifica y se fija su respectiva colocación. Hemos eliminado además algunas que figuraban en las antiguas gramáticas, y las hemos colocado entre los verbos compuestos.
Entre los ejemplos que se citan al fin de cada tratado, se encontrarán formas gramaticales que ya suponen el conocimiento de reglas que todavía no han sido apuntadas; pero