Al kesra se le figura por las cinco vocales: adarme, mezuar, miçuar, ojalá, tuna.
El mi prefijo de los nombres de instrumento ó de vaso es ordinariamente en Fr. Pedro de Alcalá y en los vocablos españoles de origen árabe ma y mo: almalafa, almarada, almofrex, almohaza.
La i larga se conserva, aunque con frecuencia se convierta en e: adalid, romia, abasí, aceituní, cianí, adefera, ajaquefa, alárabe, aloque.
El damma se traduce por la o, u, ó se muda en a, e, i: bodoque, ulufa, rabazuz, adeza, místico.
La o larga se halla representada por i, o, ou, u: acicate, acion, azougue, abenuz.
Por eufonia se inserta una vocal entre dos articulaciones consecutivas, como lo hacían los moros granadinos (cf. en Fr. Pedro de Alcalá hajar por hachr, céjen por sichn, etc.): alcohol, aljafana.
Por el contrario se sincopan algunas veces las vocales breves: adarga.
III. Diptongos.
Au se conserva ó se contrae en i, o, ou, u: atauxia, almizate, ador, arousa, ru.
Ai se mantiene ó se transforma en ei, e, i: daifa, aceite, adema, alahite de الجيط aljaite.
IV. Observaciones sobre las formas de las palabras.
Á los sustantivos, que terminan en una consonante, se les añade generalmente una e, ue, a: jarabe, almatraque, alhóndiga.
La terminación del pl. femenino el ات ât se traduce á veces por a, i: alpargate, asequí.