Página:Glosario etimológico de las palabras españolas (1886).djvu/166

Esta página ha sido corregida
142
 

las penas que dice en el alcoran que son dadas á los que no creen en la tu ley, que vengan sobre tí.» Orden. de las Tafurerías, Ley XLI.

Alcorci
alcorçae cast. Lisonjas ó piezas de oro, con es maltes ó sin ellos, que llevaban las moriscas pendientes de sus haytes, sartales ó gargantillas de aljofar. En el Testamento del Rey D. Pedro de Castilla, publicado por Llaguno y Amirola, á la p. 562 de su ed. de la Crón. de Ayala, se lee: «É otros veinte é quatro granos de aljofar gruesos é cuatro alcorcis doro esmaltados.» Entre las joyas que Leonor Halaquia aportó á su matrimonio con Francisco Abenaquel, figura «un sartal de aljofar con dos alcorçíes de oro esmaltados.» Arch. de la Alhambra. En el Emb. de bienes de Martín el Carjalí (Leg. 282 del mismo Arch.) se habla de «unas rocaduras (arracadas) de oro que se dicen candiles e aljofar para los tutes é para el hayte de los alcorçaes de oro.» En el protocolo de Bernardo Xarafi (1518 á 1520, Arch. gen. de Notarías de Granada), que contiene la escritura del dote y arras de Isabel Abenzuleiman, se menciona al fol. 74: «un sartal de aljofar con dos alcorçaes é dos cabos de oro é ciertas piedras finas é un balax é dos borlas de seda grana.» Finalmente, y por no citar otras muchas, en la de Leonor Cacheria (fol. 324) se hace mérito de «un sartal de aljofar con dos alcarçaes.» Qué suerte de dije ó adorno era este, nos lo dicen, entre otros documentos, la Carta de dote otorgada en 27 de Enero de 1553 por Luis Abenzaide en favor de Isabel Mercaleja, donde se lee: «un collar de aljofar con cinco lisonjas de oro y un frontal de aljofar que dicen Omalhacen,» y el Emb. de bienes de Alvaro Guaca (Leg. 99 del Arch. de la Alhambra) en que se hace relación de «res ayetes (haytes) de oro con seis piezas esmaltadas.» Se ve, pues, que en vez del vocablo aráb. alcorcis ó alcorçaes se usa de los cast. lisonjas y piezas. Engelmann y Alix dan por etimología de alcorci, الكرسةalcorsa, «fibula.»

Casiri lo trae de الكرسىalcursí, «sedes» en R. Martín, con