rrano, en cuya compañía hizo el viaje desde España, presidió en el teatro Tacón la representación de «La Hija del Rey René», obra traducida por la escritora.
Igual honor le otorgó poco después su ciudad natal.
En Cárdenas, escribió «El artista barquero» y «Dolores», novelas, y varias poesías.
De Cárdenas, se trasladó á Pinar del Río en Septiembre de 1863 y de allí, viuda segunda vez, regresó á la Habana.
Embarcóse en este puerto para volver á la Península, en 1864; visitó los Estados Unidos y el Niágara; residió corto tiempo en Francia; volvió á Sevilla y, tras breve residencia en la quinta de su propiedad, tornó á Madrid,donde murió, en 1873.
Por lisonjeros que puedan aparecer los calificativos aplicados á su talento, su justicia queda manifiesta, cuando se leen las obras de la escritora, que en Cuba no tuvo rival en la dramática y á quien en la península, pocos aventajaron.
El erudito Gallego dijo, «que nadie podría, sin agraviarla, negarle la primacía sobre cuantas personas de su sexo han pulsado la lira castellana, así en este, como en los pasados siglos.» (Prólogo á la edición de 1841).
De igual modo fué juzgada por eminentes críticos extranjeros.
