llín culto, de percal, que les llega sobre las rodillas, es lo sólo que las hace incitantes para quien no está acostumbrado á verlas.
Sobre éstas está preferentemente la guajira, que es el alma de Cuba, el perfil más característico de la raza cubana: porque tiene el alma tiernísima, enamorada, blanca; llena siempre de amores dulces, hondos é inextinguibles.
Lo refleja el cantar popular, la cadenciosa canción guajira, que es una rima de la selva, un eco lírico de la manigua. La letrilla de la canción la forma una décima, y la cadencia es romántica y deja en el espíritu del que las oye unas alegrías especiales, alegrías tristes de intenso influjo; se comprende, se trasluce en la canción guajira algo bravo y selvático; bellas dulzuras de pasión salvaje. Con la guajira manifiestan hombres y mujeres su admirable ingenio, que lo aguzan y ponen á prueba repentizando coplas, que lanzan ellos y ellas al viento como flirteo poético de rivalidades y de amores.
Las mujeres, sin embargo, son ignorantes generalmente visten trajes de percal, y en los días de fiesta trajes de gasa: son muy entendidas en agricultura, y ayudan á los hombres en las faenas del campo, siendo muy resistentes para ese duro trabajo.
La negligencia de sus ademanes, la dejadez
