Página:Giner Mujeres America.djvu/104

Esta página ha sido corregida
102
P.GINER

ventana. Y los vió. Eran soldados al mando de un sargento. Vió que llegaron hasta la choza y que la cercaron por fos cuatro frentes.

Y escuchó.

—¡Aquí; aquí deben estar los pájaros!

—Seguramente.

—No es cosa de que se hayan internado en el mar con la noche tan tempestuosa que hace.

—Imposible.

— ¿Y el patrón?

—¡Bah, el muy perro ya habrá tenido buen cuidado de esconderse bajo siete estados de tierra!

—Muchachos, —dijo el sargento que mandaba la fuerza—es menester que las mujeres no se escapen; va en ello mi ascenso y vuestra recompensa, pues ya sabeis el interés tan grande que tiene el general en hacerias prisioneras.

Esto lo oyeron perfectamente Enrique y las dos señoras.

Enrique tembló, y sacó el revolver para impedir á tiros la entrada en el zaguán. Las damas reconocieron el techo aguardillado y vieron con alegría que tenía un tragaluz que daba al tejado.

Cerraron herméticamente el desván é intentaron subir por el tragaluz.

Hasta que lo consiguieron.

Ya sobre las tejas, andando á gatas por la resbaladiza pendiente se asomaron con caute