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VIDALITÁ
diez centavos!...
—Décimas de contrapunto para cantar con guitarra!...
Con la gorra en la nuca, sin mirar á nadie. con los ojos caídos, el aire de sonámbulo, el pillete vendedor aturdía á los pasajeros con un grito estentóreo y continuado que parecía imposible saliera de su pequeña garganta.
El niño había trepado á la plataforma delantera del coche cuando el vehículo cruzaba, con rapidez vertiginosa, la plaza donde se alza la estatua del héroe; dió tres saltos de gato y quedó aferrado en