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GESTA

llevaba al querido, que había encontrado esa noche divirtiéndose con la otra.

Al cruzar la vereda, alguién que también salía del burdel en ese momento, pudo escuchar de sus labios:

Lo que es á esa, un día que esté muy borracha le voy á marcar la cara. ¡Ya sabes que tengo mala bebida! Y haciendo un ademán rápido, se arremangó el vestido mostrando, en señal de amenaza, el pequeño cuchillo con cabo de hueso, que ocultaba atravesado en la liga.