Esta página ha sido validada
DEL CASTIGO

I
Llevaba sobre su espíritu toda la amargura acumulada durante cinco años de miseria.
La terrible enemiga, hecha de garras y de sombra, se había abatido sobre su cuerpo, esquilmándole, y sobre su alma poblándola de nubes. Podía decirse de él que era un resíduo humano arrojado con rabia al pudridero.