FRONTERA. SOC]EDAD Es evidente que Junto a los soldados con vidas matrimoniales estables de esas que no dejn rastros en los archivos mdiciales- habia otros que mantenian relaciones informales no llenos intensas Y los que no encontraban una compañera. simplemente la "robabanf como el blandengue desertor Pablo Gonzalez que sustraJo una adolescente del poder de sus padresng’. La infidelidad y el adulterio de la muy» eran vividos por los soldados y desde luego. no solo por ellos. con una mezcla de dolor «Jespedio e ira El marido de Maria Martina Ruiz comenzo a golpearla con mayor frecuencia cuando comenzo a sospediar de sus relaciones «tonumada/Llsormviïderasuamantecxxiotxo hombre. el blandengue Julian Valdez "ciego de colera la agarro de los cabellos y sin precaver lo que hacia le corto la trenza de pelo que tenia (...l"(4o,. Al cortarle el cabello a su Tomasa, Valdez no hacia sino reiterar un rito muy extendido en la campana y con el cual se buscaba ofender el pudor de la muxr. Pero una era la reaccion ante la mujer infiel y otra la actitud ante el rival y mas aun si este era un camarada de armas Antes de herir con una espada a Ignacio Suarez. Santiago Diaz le deslizo esta frase digna de figurar en el cuento "La lntrusa" de Borges: "que no era razon que rinieran por una muJer. pues estimaba mas a un compañero que diez mujeres (...l"¡4¡,. La amistad y la camaraderia entre dos hombres no podia ser perturbada por una muJer. La relacion entre dos soldados. entre dos compañeros era. para el blandengue Diaz. mas alta. mas noble. que el amor por una muJer. sobre todo porque. aseguraba el Alferez Jorge Pacheco, la mujer no era de fiar; "malhaya al que se tia de las muJeres" habria exclamado en plena guardia de Ropa En el mundo viril de los fuertes. la mujer estaba. al parecer. relegada a un segundo plano. ¡’ero en la intimidad. algunas iui-tineras podian H9) AGH IX im L’, (‘omandancis de Fronteras. (40) AGN, 1x 1.? 7-5, Sumarios Militares. (41) AGN, 1x la nin, SHmaPIOS Militares. iO
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