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lógica irrebatible, se ve y se admira en sus versos que pueden saborearse hoy con tanto deleite como cuando los produjo. Son de los que no envejecen, pues planteaba y resolvía problemas que no son de un pueblo ni de un siglo, sino de todos los países y de todas las generaciones.
En prueba de ello, vamos á copiar algunas de sus Redondillas contra las injusticias de los hombres al hablar de las mujeres:
- Hombres necios que acusáis
- A la mujer sin razón,
- ¿No veis que sois la ocasión
- De lo mismo que culpáis?
- Si con ansia sin igual
- Solicitáis su desdén,
- ¿Por qué queréis que obren bien
- Si las incitáis al mal?
- ......................................
- ¿Qué humor puede ser más raro
- Que el que, falto de consejo,
- Empaña él mismo el espejo
- Y siente que no esté claro?
- ......................................
- Opinión ninguna gana
- Pues la que más se recata,
- Si no os admite es ingrata,
- Y si os admite es tirana.
- ......................................
- ¿Cuál mayor culpa ha tenido
- En una pasión errada?
- ¿La que cae de rogada
- O el que ruega de caído?
- ¿O cuál es más de culpar,
- Aunque cualquiera mal haga,
- La que peca por la paga
- O el que paga por pecar?
- ......................................
- Dejad de solicitar,
- Y después con más razón
- Acusaréis la afición
- De la que os fuere á rogar.
La joven poetisa tuvo la desgracia de perder su novio, muerto poco antes de la fecha fijada para el casamiento;