servicio del rey, donde tuvo su galón de alférez, pero cuando el levantamiento de la provincia secundando el Grito de Mayo, ofreció su espada a la patria y la Junta de Buenos Aires le otorgó despachos de capitán de caballería el 12 de agosto de 1811. En el sitio de Montevideo, entre la gente de Otorgués, distinguióse por proezas guerreras que acreditan su extraordinario valor, y que Acuña de Figueroa recogió en su prolijo Diario Histórico.
Asistió a la batalla del Cerrito a órdenes de Rondeau el 21 de diciembre del año 12, y por sus vinculaciones con este jefe, el 3 de marzo de 1814 pasó a servir en el regimiento de Infantería N° 9, que comandaba Manuel Vicente Pagola. Era ésta una unidad que el general Rondeau se proponía llevar consigo como jefe del Ejército de Operaciones en el Alto Perú, para que había sido designado. En el cursa de esa campaña desgraciada, el español Pezuela le infligió la tremenda derrota de Sipe-Sipe el 29 de noviembre de 1815, siendo nuestro bravo Regimiento número 9 el que salvó a los patriotas de un completo desastre.
Agregado al Estado Mayor en enero del 17, sirvió luego en la provincia de Mendoza y se le promovió a sargento mayor graduado.
Residente en Buenos Aires, entró en los planes de Lavalleja para invadir la Cisplatina y levantar en armas la población a fin de incorporarla a las Provincias Unidas, expulsados que fueran los extranjeros ocupantes.
Con propósito de secundar la acción de los libertadores vino ocultamente a San José, donde tenía reunido un grupo de hombres cuando los expedicionarios del 19 de abril se acercaron al pago y al mando de ellos participó en la victoria de Sarandí el 12 de octubre de 1825.
En el Ejército Republicano, las fuerzas a sus órdenes se habían transformado en un Escuadrón de Tiradores y, con grado de comandante, fué de los vencedores de Ituzaingó el 20 de febrero de 1827, formando en el ala izquierda de Alvear. Las divisiones del primer cuerpo resultaron las más castigadas del ejército patriota, contándose a Medina entre los ciento y tantos heridos. Luego de recibir asistencia en el Cuartel General, que vino a establecerse en Cerro Largo, se le nombró Comandante Militar de San José en el mes de agosto y transformada le provincia en República libre y constituida, pasó el 1° de setiembre de 1830 con igual destino a la Colonia.
Sirvió al gobierno constitucional cuando los movimientos anárquicos de Lavalleja, desempeñando nueva vez la Comandancia de San José.
Ei gobierno de Oribe do incluyó en la lista de jefes reformados por resolución del 30 de julio de 1835 con grado de teniente coronel y prescindió de él cuando el 13 de noviembre del año siguiente, repuso en actividad temporal a una cincuentena de los anteriormente excluidos de los cuadros.