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plemento del 6 de octubre de 1940).

Falleció Antonio Díaz en Buenos Aires el 26 de octubre de 1911, a consecuencia de una caída y las circunstancias concurrentes prueban que gozaba a los 80 años una integridad física comparable a su plena lucidez mental.


DIAZ, ANTONIO Felipe

General, guerrero de la Independencia, ministro de Estado y pe: dista, Nació en La Coruña, España, el 26 de marzo de 1789 y fué traído por su padre al Río de la Plata cuando tenía 13 años. Radicada su familia en Montevideo, se empleó en un comercio y cuando las invasiones inglesas le tocó formar — a los 15 años — como alférez en un batallón reclutado en la plaza con elementos de su gremio y que se denominó por eso, Batallón de Infantería del Comercio.

Envuelto entre los derrotados del Cardal y encerrado seguidamente tras los muros, fué prisionero de los ingleses al caer la ciudad. Había recibido en el asalto un hachazo del que conservó toda su vida una cicatriz que le atravesaba la frente y dos puntazos de bayoneta, mereciendo ser promovido a teniente. (Enero-febrero de 1807).

No obstante su calidad de español, abrazó, lo mismo que muchos compatriotas suyos, la causa de la Patria e incorporado al ejército de Artigas en clase de capitán, se encontró en la batalla de Las Piedras el 18 de mayo de 1811. Dejó al año siguiente las filas del Libertador para pasar a Buenos Aires y volver al país cuando el general Rondeau vino a establecer el segundo sitio de Montevideo en 1812. Fué herido de consideración en la batalla del Cerrito y por su buen comportamiento se le, ascendió a sargento mayor.

El general Alvear, sustituto de Rondeau, lo hizo teniente coronel y jefe de un lucido cuerpo de su escolta, y cayó con él cuando el pretencioso Director se refugió en un barco inglés, derrocado por el movimiento popular revolucionario de Buenos Aires del 15 al 16 de abril de 1815. Por tal contraste tuvo el comandante Díaz que pasar a Montevideo, abandonando momentáneamente la carrera, para reiniciar sus viejas ocupaciones de comerciante y hacerse después periodista, redactor en nuestra capital, — ocupada por los brasileños —, de “La Aurora”, desde cuyas columnas combatió a los políticos porteños en 1823. El mismo año, en compañía de Santiago Vázquez y J. F. Giró, redactó “El Aguacero”.

Finalmente, el cambio de rumbo de las cosas permitióle regresar a Buenos Aires donde se puso al frente del periódico “Ei Piloto”, junio de 1825 a febrero de 1826 y al desaparecer éste, de “El Correo Nacional”, que duró hasta mediados del año 27.

Declarada la guerra entre el Imperio del Brasil y las Provincias

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