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con plena orientación liberal, acordada a sus ideas. En los años de estudiante en Italia se había vinculado a la causa del Resurgimiento y a las logias masónicas y fue durante mucho tiempo Gran Maestre y una de las figuras de la Masonería Uruguaya.

Miembro de distintas comisiones redactoras o revisoras de Códigos, figuro asimismo entre los miembros de la misión especial encargada de restituir al Paraguay, en 1855, los trofeos tomados por nuestros soldados en la guerra de la Triple Alianza.

Hombre de ilustración vasta, con alma de gran señor, su casa, por largos años, se considero un centro de cultura rioplatense.

Al dejar el Ministerio de Gobierno, ingreso al senado electo por el departamento de Montevideo, pasando en 1891 a ocupar una banca de representante por la misma jurisdicción.

En el gobierno de Idiarte Borda fué a Río de Janeiro en calidad de Ministro Plenipotenciario, conforme al decreto de 10 de enero de 1895, regresando a la República en 1897 para incorporarse al senado, nuevamente electo. Desempeñando este mandato lo hallaron los acontecimientos políticos de 1897. Resistente a votar a Juan L. Cuestas para presidente efectivo de la República, fue despojado de su investidura parlamentaria junto con la mayoría de la Asamblea por el golpe de Estado del 10 de febrero de 1898, siendo de este periodo de lucha una notable carta política que dirigió a Cuestas. Opositor al régimen surgido después, recién tuvo ocasión de volver a la representación nacional como diputado por la capital, el año 1892, en la 21ª legislatura.

Finalizado este mandato que fue el ultimo que le confirió la ciudadanía, el Dr. Castro, a quien mortificaban viejos achaques, paso el resto de su vida en su magnifica quinta de Paso del Molino, muy quebrantada la gran fortuna de que había sido dueño, y dejo de existir en ese retiro el 28 de octubre de 1911.


CASTRO, ENRIQUE

Militar de gran actuación en el escenario del Río de la Plata, largamente nombrado en nuestros anales y que alcanzó la jerarquía de brigadier general.

Nacido en Pintado, Florida, el 15 de julio de 1817, hijo de Mateo Castro, que había prestado servicios a la causa de la Patria, hizo carrera de armas conforme lo hicieron también seis de sus hermanos.

Alistado voluntario entre los soldados de la revolución riverista el año 1836, prestó servicios en las milicias de San José a las órdenes de Bernabé Magariños. Alférez de Guardias Nacionales cuando los suyos obtuvieron el triunfo, tomó parte en la campaña contra el general argentino Pascual Echagüe, invasor de la República en 1839. Teniente 2° en marzo de 1843, pasó a operar en la

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