sil. Vivía allí en la miseria, cuando amparándose en el decreto por el que se reincorporaba al ejército a los jefes y oficiales dados de baja por causas políticas en 1857-58, siempre que lo solicitaran, dirigióse al presidente Pereira con una petición redactada en términos infelices, en virtud de la cual tuvo abiertas las puertas del país y su grado militar, a principios de 1859.
Inferior a Brígido Silveira, así en discernimiento político como en prestigio — hombre de divisa más que otra cosa — no conservó ningún rencor a Flores por su actitud cuando la invasión fracasada de César Díaz, y Flores, explotando oportunamente esa circunstancia y su natural deseo de convertirse en primer caudillo colorado de sus pagos, lo ganó pronto a sus proyectos, Carbajal en vez de Silveira debía ser quien levantase la “división del departamento”.
Principiada la guerra civil con la invasión del 19 de abril de 1863, Manduca se alzó en armas recién cuando Flores se hizo presente en el sur, incorporándosele en los últimos días de julio con un pequeño aporte de soldados que acrecentó luego. El gobierno de Berro respondió con un decreto de tipo usual, fecha 7 de agosto, por el que se daba de baja a Carbajal “por rebelde y traidor contumaz, con prohibición absoluta y perpetua de reintegrarse el ejército.”
Pese al decreto, entró a Montevideo, vencedor junto con Flores, en febrero de 1865 y fué reincorporado como coronel el 1° de junio. Con fecha 9 de marzo del mismo año se le nombró Jefe Político de Minas en reemplazo de Exequiel García, Cuando los sucesos de febrero del 68, el gobierno de Varela confióle una de las tres secciones militares en que fué dividida la República, compuesta por los actuales departamentos de Cerro Largo, Treinta y Tres, Maldonado, Minas y Rocha.
Comandante general de los departamentos de Minas y Maldonado al tiempo que el coronel Timoteo Aparicio — caudillo blanco — se sublevó contra el gobierno del general Lorenzo Batlle, la conducta de Carbajal mereció citación. especial del general Enrique Castro en noviembre de 1871. Ajustada la Paz de Abril tornó a su estancia a trabajar, como era costumbre de nuestros jefes viejos y allí acudieron a buscarlo los hombres de 1875, para designarlo al día siguiente del motín, el 16 de enero, Comandante Militar de los departamentos de Minas y Maldonado, debiendo tener bajo sus órdenes a Sandalio Ximenes y a Julián de la Llana.
Poca o ninguna participación tuvo en la campaña contra la ciudadanía en armas de la Revolución Tricolor a fines del 75, y el 22 de octubre de 1878 falleció en su estancia, de muerte repentina.
Su cadáver, transportado a la Villa de Minas, recibió sepultura ante numeroso concurso de pueblo, pues era hombre que tenía ganado gene-