desempeñaría funciones de Jefe de Estado Mayor.
Designado Comandante Militar de Paysandú el 8 de enero de 1830, solicitó la baja absoluta del ejército siendo coronel, obteniéndola con fecha 27 de agosto de 1831.
Vuelto al servicio al producirse los levantamientos lavallejistas de 1832, 33 y 34, fué Jefe de Estado Mayor del Ejército de Operaciones en 1833, teniendo bajo sus órdenes directas las fuerzas movilizadas en Tacuarembó y al año siguiente mandó un Escuadrón de Milicias formado en este último departamento.
El 13 de noviembre de 1834, durante el interinato presidencial de Anaya, tuvo el mando del 1er. Escuadrón de Caballería de línea, en cuyo cargo permaneció hasta el mes de agosto de 1836.
Amigo del general Rivera, e quien había servido lealmente y a entera satisfacción, cuando sonó la hora en que éste se alzara en armas contra el gobierno constituído del presiden te Oribe, preocupóse el caudillo de atraer a Britos a sus filas y verosimilmente debía creer que iba a acompañarlo en la empresa, aportando acaso la disciplinada unidad militar que tenía a su mando y estaba de guarnición en Tacuarembó. Padecía error el general Rivera sin embargo, pues a su aviso escrito noticiándole que había estallado una revolución a cuyo frente se hallaba, para luego solicitarle una entrevista, Britos le contestó con una carta dignísima, merecedora, como dice Antonio Díaz al insertarla en el tomo III de su Historia, de salvarse de la oscuridad del tiempo. La carta, que principiaba diciéndole “No son amigos de Vd, y muchos menos de la patria, los que lo han comprometido a dar un paso que va a manchar para siempre una reputación adquirida a costa de tantos sacrificios”, finaliza conjurándolo a dejar las armas que prepara contra las autoridades constituidas. “Proclame — le dice — a sus conciudadanos para evitar la efusión de sangre y venga a nuestros brazos. Ni los triunfos adquiridos en Misiones ni ninguno de sus ilustres hechos, le darán mayor gloria que un paso semejante”.
Pero las cosas no tenían arreglo posible y el 17 de julio, atacado Britos por los revolucionarios en Tacuarembó, los puso en derrota persiguiéndolos rumbo a la frontera con su fiel escuadrón.
Por decreto de 26 de julio, el gobierno premió a Britos ascendiéndolo a coronel mayor con retención del mando del 1°, unidad a cuyo título numérico se le agregaría el de “Defensor de la Constitución”, decretándole asimismo una medalla de honor, la primera que se instituía en la República. A Britos, como Jefe, le correspondió la única medalla en oro, siendo las otras de plata para los oficiales y de bronce para la tropa.
Destinado luego a integrar el ejército que mandaba Ignacio Oribe, Comandante General de Campaña, tuvo brillante actuación en la batalla de