Obes, Ministro del general Tajes que llevó la palabra oficial al acto del sepelio, la existencia del general Batlle podía sintetizarse así: Soldado improvisado, se distinguió por su valor entre los valientes defensores de Montevideo. Gobernante, una sola palabra lo personifica: la honradez. Pertenecía a la raza escogida de los hombres sencillos y probos que tuvieron su tipo ideal en la figura venerable de Joaquín Suárez. Ciudadano, la patria no lo vió desertar nunca su culto austero de justicia y libertad.
BATLLE Y ORDOÑEZ, JOSE Pablo Torcuato
Presidente constitucional de la República en los períodos 1903-07 y 1911-15, periodista y hombre político, estadista de singular calidad, sin cuya influencia no se explicarían treinta años de la historia nacional.
Hijo del general y presidente de la República Lorenzo Batlle y de Amalia Ordóñez, nació en Montevideo el 21 de mayo de 1856, en el barrio de la Aguada, donde su padre poseía un molino harinero.
Sus estudios primarios los hizo en escuelas particulares, ingresando a la Universidad a los 17 años, donde cursó sus materias en forma poco disciplinada aunque con aprovechamiento, de modo que no obstante haber adelantado en las disciplinas de derecho, no se llegó a graduar.
El año 1880 realizó un viaje a Europa y después de una gira por España marchó a París, dedicando particular atención al movimiento de filosofía Comptista.
Los sentimientos de catolicismo familiar que tuvo en sus años juveniles, aflojados en los claustros de la Universidad, se disiparon por completo ante las luces de la propaganda positivista y de vuelta a la patria al cabo de una ausencia de año y medio, entró en la falange liberal del Ateneo y la Sociedad Universitaria, y formó entre los redactores del cotidiano “La Razón”, para librar batalla ideológica a los católicos, que venían de fundar su diario “El Bien Público”.
Después que se llevaron a cabo, en el gobierno del Dr. Francisco A. Vidal, los asaltos mazorqueros a las imprentas de los diarios independientes el 20 de mayo de 1881, Batlle y Ordóñez entró a formar parte de la redacción de la misma hoja de combate en que colaborara, permaneciendo en el puesto hasta marzo del año siguiente.
Oposicionista al gobierno del general Máximo Santos que había sustituído al Dr. Vidal, sacó a la calle “La Lucha”, hoja efímera cuyo modesto aspecto periodístico contradecía con lo duro de sus ataques.
Determinadas las fuerzas opositoras a recurrir a las armas, como único medio de poner fin al régimen militar de violencias y atentados que venía soportando la República de diez años atrás, Batlle marchó para Buenos Aires junto con su hermano Luis, a buscar un sitio de soldado.