raballo en el respectivo expediente, “fué de los primeros soldados que se le presentaron al general Flores en la Cruzada Libertadora” y “fué ascendido a capitán cuando marchó al Paraguay”.
Capitán con despachos, el 30 de diciembre del 71 tuvo ascenso a sargento mayor graduado, y el 29 de enero del 72 se le confiere la efectividad en la misma categoría.
Hizo la campaña de 1870-72 contra el coronel blanco Timoteo Aparicio, sirviendo en la División Salto. En la batalla de Manantiales, donde la división a órdenes del comandante Hipólito Coronado tuvo un sitio en el ala izquierda gubernista, Viera, a la cabeza de un grupo de jinetes que perseguían a los revolucionarios en derrota, dió alcance al general Anacleto Medina y a su secretario Jerónimo Machado, los cuales fueron muertos a botes de lanza. — (17 de julio de 1871).
Se ha discutido, posteriormente, la intervención personal de Viera en este episodio, sin relieves épicos por lo demás, y memorable únicamente por la calidad de Medina, objeto de profundos odios después de los sucesos de 1858. Una carta de la época, apenas conocida, escrita por Coronado a Emilio Thevenet en el Salto y fechada en el arroyo del Colla el 20 de julio, parecería que disipa las dudas: “Debo decirle a usted que en la persecución tenaz que se hizo al enemigo, le cupo al señor Mor. D. Feliciano Viera darle alcance al memorable de Quinteros, Anacleto Medina quien fué victimado por el mencionado jefe”. Coronado, según resulta, adelanta en un grado al capitán Viera.
Desde agosto del 72 a octubre del 74, y algunos meses del 75 prestó servicios en la Policía de Salto.
Oficial del coronel Atanasildo Saldaña, estuvo con su jefe cuando éste se levantó en armas contra el gobierno usurpador de Pedro Varela, en 1875, y su nombre aparece entre los que suscriben el manifiesto de Laureles. Vencida la Reacción Nacional, Viera fué de los primeros jefes acogidos al indulto y uno de los primeros en entrar a servicio de la dictadura de Latorre, pues el 17 de junio de 1876 formaba parte de la expedición militar que al mando del coronel Simón Martínez y del mayor Máximo Santos, marchó a Santa Rosa del Cuareim para aprehender al coronel Coronado, que luego fué muerto por la custodia. Viera, sin embargo, no tuvo participación en el trágico suceso, pues su rol se redujo a conducirlo al campamento.
De esta época, hasta setiembre de 1879, continúa en la Policía del Salto, habiendo ascendido a teniente coronel el 7 de febrero de este mismo año. Agregado al batallón 5° de Cazadores, de setiembre del 79 a mayo del 80, por esta época lo favorecía ya su relación con Máximo Santos.
Cuando éste fué Presidente de la República, contó con sus servicios y lo promovió a coronel graduado en mayo de 1881 y a coronel efectivo en febrero del 83, pero nunca se