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En este período de veinte años largos, Soca había sido sucesivamente diputado, consejero de Estado — en la situación de facto de 1898 — y senador, sin que en ninguno de sus cargos demostrara formal y verdadero interés por los negocios públicos, ni tuviese ningún predicado como parlamentarista, pues carente de voz, era difícil seguirlo.

Extraño empeño, en verdad, el de este ilustre facultativo, en hacerse y mantener un sitio en las ruedas de la política activa, para ejercerlo en las desairadas funciones de un “mayoritario” de todos los gobiernos, que con la misma atildada palabra que tejió un panegírico de Idiarte Borda, hizo el elogio de Cuestas cuando a poco andar, pasaba a servirlo desertando las antiguas filas.

Falleció el Dr. Soca en Montevideo el 29 de marzo de 1922, y un monumento en bronce, de discutible mérito artístico, que el notable escultor francés Bourdelle dejó inconcluso y fué terminado por algún discípulo, lo recuerda en un parque público.


SOLANO, PEDRO P.

Militar, que tuvo actuación enérgica y decisiva cuando los sucesos del 19 de febrero de 1868, siendo él quien retomó el Fuerte de Gobierno ocupado por los revolucionarios que obedecían al ex-presidente Berro.

Nacido en Buenos Aires el 29 de junio de 1839, sus servicios militares comenzados en la patria contra los indios del sur, siguen cuando las guerras de la provincia con Urquiza y en la campaña a que dió lugar la invasión del caudillo revolucionario general Gerónimo Costa, dispersado y muerto, a poco de iniciada, por las fuerzas del gobierno porteño.

Muy ligado a Ignacio Rivas, jefe uruguayo que estaba a las órdenes del general Mitre, y compañero de armas del general Venancio Flores, cuando éste invadió nuestro país en abril de 1863, levantando bandera revolucionaria, Solano hizo abandono de su puesto de capitán del ejército argentino para acompañar, como oficial voluntario, al movimiento conocido por “Cruzada Libertadora”, prolongado hasta febrero del 65.

Al triunfo de Flores se le incorporó al ejército nacional como capitán de línea con grado de sargento mayor, en mayo de 1865, pasando en seguida a prestar servicios a la División de Operaciones en el Paraguay. Hallóse en la batalla de Yatay — primera de la guerra, el 17 de agosto de 1865 — como ayudante del general Flores y tomó parte en la invasión del territorio enemigo por Paso de la Patria.

En la batalla de Estero Bellaco, el 2 de mayo de 1866, un proyectil alcanzándolo del lado izquierdo de la cara le destrozó el maxilar, poniendo en grave peligro su vida. Ascendido a sargento mayor efectivo a raíz de este hecho de armas, el nuevo grado lo recibió hallándose

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