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Ya la habian sentenciao
Amuerte, á la pobrecita,
Y en una negra camita
Dormía un sueño alterao.
Ya redoblaba el tambor,
Y el cuadro ajuera formaban,
Cuando al calabozo entraban
El Demonio y el Dotor.
—¡Veanló al Diablo si larga
Sus presas así no mas!
¿A que andubo Satanás
Hasta oir sonar la descarga?
—Esta vez se le chingó
El cuete, y ya lo verá....
—Priendalé al cuento que yá
No lo vuelvo á atajar yó.
—Al dentrar hicieron ruido,
Creo que con los cerrojos;
Abrió la rúbia los ojos
Y allí contra ella los vido.
La infeliz ya trastornada,
A causa de tanta herida,
Se encontraba en la crujida
Sin darse cuenta de nada.